Qu'un sang impur abreuve nos sillons
Este es un newsletter pour la minorie, no quiero ser falso. La Marsellesa y el himno de la Unión Soviética hay que escucharlos una vez por semana, a cuento de nada, son muy emotivos. Extras.
Compañeros, encontrarse en la calle con amigos, sin apuro, y empujados por el envión insurreccional es lo más lindo que hay, los ríos de gente desconcentrando por Corrientes, Córdoba, Santa Fe, las pizzerías colmadas, un solo grito, muy parejo con salir a festejar en el Mundial, con la distinción de hacerlo en banda, arropado por la nobleza del acto en defensa de lo bueno contra lo malo que encuadra mejor los gestos técnicos de marchar con la vista al frente y agitando los brazos. En esta función: que traigan al gorila de Milei para que vea.
Yo tampoco marcho hoy. Me expedí sobre esto hace pocos números (lo dejo más abajo). Como dice Daniel Scioli: el tiempo es un gran ordenador. Y a mí me ordena no participar de aquello donde ya estuve completamente, no es algo con la edad, es con la repetición del procedimiento. La Argentina tiene que resolver los problemas que tiene, no decir una y otra vez que los va a resolver, tampoco tenemos que reflejar las fantasías que tenemos con una institución, la universidad pública, la UBA, en particular, como si fuera algo cierto, hacer de la experiencia individual, la experiencia de todos. Muchos graduados por la universidad pública también lo fueron pese a esta universidad que les impuso carreras larguísimas para un certificado que requería muchos menos pasos, trámites siempre engorrosos, problemas de accesibilidad, y condiciones de higiene siempre al límite, por hacer una lista corta.
Si el país se correspondiera con el encadenado de historias individuales emocionantes que se contaron estos días, no se entiende cómo es que vivimos en este basural a cielo abierto que tiene excluido de los placeres de la vida a la mitad de la población. Así que la educación pública no está más en juego hoy que en todos los años anteriores. Cito a Malcom Gómez: “ya estamos en la parte de los bloopers”. O sea, ya estuvo muy en juego, y los dirigentes que hoy estarán a la cabeza de la manifestación tuvieron una, o más de una oportunidad de jugársela para mejorar los balances, los resultados, y prefirieron no tirar del mantel porque tenían su propio plato arriba.
Hoy sí está en juego de quién es la narración y la modalidad de una nueva reforma universitaria. Si de los claustros, finalmente, lo que corresponde, o de quienes manipulan el presupuesto nacional. Y pienso que en el éxito de la movilización, previo a la marcha física, ya se hace presente esta idea: no te doy entidad a vos para decirme lo que tengo que hacer. No sos digno de mí porque nunca marchaste conmigo, porque sos recién llegado a la política, porque sos psiquiátrico, psiquiátrica, tarotista, pastelera, porque no sabés quiénes son Silvio y Pablo, porque laburás para Blackrock, porque sos malintencionado. Sintetizado yo no te voy a permitir. Más que entendible. Si el ajuste lo hacían Mariu y Marcos hace ocho años habrían tenido el mismo problema de legitimidad.
¿La marcha se conocerá como “la marcha de los libros”? Se ha propuesto que cada manifestante lleve uno, y tendremos la foto de cada asistente con su respectivo Corán personal en alto, una fiesta para los fotógrafos; los radicales irán con el Nunca Más, los kirchneristas con “El presidente que no fue”, los mendocinos con “La montaña mágica”. ¿Cómo elegir ese libro para decorarse en la manifestación, compañeros, entre tantos que hay en un hogar universitario? En cada elección que se haga antes de salir hay una historia, un vaivén entre la sinceridad y la impostura. Un documental. Extraño unos informes de los sábados de la Televisión Española que contaban las historias que iban por la banquina de la historia principal. Los libros seleccionados para la marcha calzarían justo en ese informe semanal.
Al gobierno le conviene hacer crecer la manifestación todo lo posible para que también crezca la crítica a la manifestación y el foco en los descontroles presupuestarios y de gastos de las universidades y entrar en el juego de los miles de millones de transferidos o por transferirse que no se pueden seguir. Un millón de personas en la calle no es un problema, mientras haya un millón de bots que representen los ánimos caldeados en las casas de los que no manifiestan pero votan la motosierra allí donde la haga caer el presidente Milei.
Una gran confrontación anula la verdad del reclamo o, al menos, lo relativiza. Deja al millón de personas físicas de distintos palos listos para volver a reunirse, eso no es poco. Pero todas las cruzadas opositoras son bienvenidas mientras dure la recesión y la buena imagen del presidente, así que los cruzados son asistentes involuntarios del gobierno. Los rectores creen que rehuir el conflicto los debilita más y que deben pulsear para perder por poco. Creo que ya no funciona así. Pierden de las dos maneras.
Sumo oscuridad: muchos de quienes marchan hoy tuvieron un deseo de Milei, que un gran reseteo de la economía y de las instituciones funcione como quemado que deje a salvo, rápido, a los nativos digitales para los años de selección laboral que vienen. Por eso, pese al sobrediagnóstico de lo malo siempre se subejecutó lo bueno, buscando una definición por penales en el horizonte donde la elite siempre sobrevivirá. Por supuesto, lo que es guardar las apariencias, se guardan, es como el libro que se selecciona cuidadosamente para salir a marchar. Ni un dato sobre esto, eh. Un insight. Como decía Gómez Fuentes: yo lo tiro, usted lo recibe, lo analiza y saca sus propias conclusiones.
No hay que dudar de la decencia y las intenciones de los organizadores. Para qué. Siempre es una mescolanza cuando hay algo grande. Lo que cambia es si las mayorías están para comerse o no el garrón de marchar junto a Alberto Fernández, Martín Lousteau o Axel Kicillof. Si lo están, las masas interpretan que el objeto es superior a los líderes coyunturales. No quita que sea una marcha con resultado político aparente de dos tiempos. Automáticamente parece que ayuda a los funcionarios radicales que controlan la mayor parte de las universidades nacionales a darles fuerza en la negociación, a retener la reforma inevitable en sus manos y, como ulterioridad, alimenta la candidatura de Kicillof.
Ayer viví algunos minutos en el pasado. Pasó un ángel. Primero, desayunando muy temprano. Me hice una tostada y la unté con una mezcla de camembert con port salut, almendras, nueces en el plato, perdón la frivolidad, el café con leche y el random de spotify, en un verdadero milagro del algoritmo me trajo “oh, sweet nuthin`” una canción de la Velvet Underground que hacía años que no escuchaba, años, que se me olvidó, completamente, no sé qué pasó, y hasta pude cantar sin leer muchos de los versos, me sentí agradecido, la parte instrumental final es de cuarzo. Como se dice ahora, intencioné bien el arranque de la semana, y Spotify me dio; luego ya con el tema de hoy pensé en aquellas marchas de estudiantes contra Collor de Melo. Fernando Collor de Melo hizo su campaña electoral en 1990 prometiéndose como Cazador de Marajás. Y no cazó a ninguno después de ganar, de hecho nombró a su propio Marajá, PC Farías, y puso en marcha el llamado “pacote”, un ajustazo de la economía brasileña, en línea con el llamado Consenso de Washington y para el que le faltó política por todos lados.
La manifestación final fue en San Pablo, setecientas mil personas y, excepto Itamar Franco, que era el vicepresidente y lo iba a suceder, todos los dirigentes opositores marcharon para pedir el impeachment. Las marchas fueron especialmente juveniles, en todo el país, pero sobre todo en Río de Janeiro y San Pablo, donde están las universidades más importantes, y los estudiantes cantaban Alegría, Alegría de Caetano Veloso, convertida en el himno oficial de las paradas, y que era la cortina musical de una miniserie de Globo llamada Anos Rebeldes. Pocos días después se aprobó el trámite de juicio político y Collor debió pedir licencia, y ya nunca volvió a Planalto.
Y así Mariel murió, turuturuturututu.
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Dispongo también de dos one shots para quien no quiera sentirse rehén de una mensualidad, que por cierto es míiiiinima, eh,
Aquí algo más sobre marchas.
oh, sweet nuthin’
La forista Luciana Vázquez ayer en La Nación sobre el tema de las universidades, siempre clara, bien escrita. tranquilamente una de las mejores periodistas del país.
El forista Luciano Chiconi también es un fenómeno. Leer en Panamá. Recuerdos de los canales de televisión estatales y los distintos de humor.
Compañeros, reitero aquí cómo es el procedimiento para la desuscripción paga:
Entran a Mercado Pago en la compu (a vuestra cuenta, no a la mía). Arriba a la izquierda, al lado de inicio, un menú tira opciones, una de ellas es “tus suscripciones”: click, y van a ver que dice Un correo de Esteban Schmidt que dice “activo”: click de nuevo y luego click para cancelar. Seguramente devolverá un mensaje que dice que no podrán volver a entrar al Correo pero eso es falso, yo no lo escribí, es psicopatía de la aplicación tragamonedas, van a poder seguir entrando o recibiéndolo por correo. A mi, luego, me llega un mail de Mercado Pago que dice que Shimon Peres o Aretha Franklin cancelaron la suscripción y tal cosa es inequívoca. En un mundo ideal, Un Correo y Mercado pago estarían unidos, o completamente separados, pero no haciendo este puente manual. Para tal cosa no deberíamos tener veinte dólares distintos, y yo podría hacer mi recaudación voluntaria a través de Substack, usando Stripe, la pasarela de pagos que tienen asociada y que no existe en Argentina, pese a que, y esto es increíble, los dueños la desarrollaron acá, en la patria, sentados con la compu en un Havanna con buen wifi de Recoleta cuando tenían 19 años. Por el cierre de tantos años de nuestra economía se hace incierto iniciar una operación aquí para algunas compañías internacionales, cierre que aun perdura, nadie crea que no.
Os muestro como me aparecen esas pantallas a mí:
Qué genial fue el superclásico con las dos hinchadas, con goles, sin expulsados, sin tiroteos. Sobre mi última visita a la cancha de River escribí esto:
Ja ja!! Muy bueno... y así Mariel Murió turururururú tururururú