Yo vendo que escribir es fácil y que, como dice Gusteau, el cocinero fantasma de Ratatouille: todos pueden cocinar. Pero también es cierto que la logística intelectual es difícil porque la escritura sucede en la mente y en acción. Las ideas sorprenden en un semáforo, en un mingitorio de la YPF, en una fábrica de pastas. Se vive y se piensa al mismo tiempo, y las oraciones pasan por la mente a una velocidad que no se puede agarrar, como pasa con los sueños. Y estás sentado con la compu y no te acordás qué estabas diciéndote en ese momento o, mucho más grave para el escritor: cómo te lo estabas diciendo.
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Leila Guerriero y la crisis de las pastas…
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Yo vendo que escribir es fácil y que, como dice Gusteau, el cocinero fantasma de Ratatouille: todos pueden cocinar. Pero también es cierto que la logística intelectual es difícil porque la escritura sucede en la mente y en acción. Las ideas sorprenden en un semáforo, en un mingitorio de la YPF, en una fábrica de pastas. Se vive y se piensa al mismo tiempo, y las oraciones pasan por la mente a una velocidad que no se puede agarrar, como pasa con los sueños. Y estás sentado con la compu y no te acordás qué estabas diciéndote en ese momento o, mucho más grave para el escritor: cómo te lo estabas diciendo.