La shopping guerrilla
Apostar al país no es fácil porque quién empieza primero, compañeros. Con el dólar pisado, los fans de Milei cruzan la frontera para confirmarse y los que lo detestan para que fracase más rápido.
Después del desastre que provocó el lanzamiento de la criptomoneda presidencial Libra y el suspenso largo y caro que se comió el acuerdo con el Fondo, el presidente Milei enfiló hacia las elecciones de octubre renovado y con medio cepo arriba. Ante la falta de adversarios políticos claros, verdaderos, con nombre y apellido, retomó su proyecto difamador de la prensa, al que subía en fases previas a escena tanto a celebridades como a cuatros de copas de la comunicación a quienes les dijo una y otra vez barbaridades como ensobrados o mentirosos y cargándoles sobrenombres duros como María Pauta Santillán, o Tinturelli, tal vez el más logrado. En esta nueva fase hizo un upgrade declamativo prometiendo devolver “golpe por golpe” y alentando un lema para que se vuelva popular, su Perón o Muerte, que reza: “no odiamos lo suficiente a los periodistas”.
Este avance publicitario presenta como novedad la incorporación de Carlos Orlando Pagni al estante de bulleados por el presidente. Durante las primeras temporadas se cuidó de hacerlo, quizás por la intuición de que sumarlo a Pagni, primero en los rankings de respetabilidad, podría resultar contraproducente. Le guardaba, al también profesor de historia, el respeto que sólo se le tiene a otro Estado soberano. La acción insultante recién pudo ejecutarla tras la caída de la postulación de Ariel Lijo como miembro de la Corte Suprema.
La férrea campaña de oposición que le hizo Pagni a Lijo, presentando datos duros sobre las facetas más oscuras del juez, más su reputada adjetivación irónica para decorarlos fue activando la vergüenza, y el problema, de votarlo en el Senado, incluso entre aquellos representantes que tenían motivos de sobra para hacerlo. O sea que mantenerlo fuera de la zona de la denigración pudo ser más costoso que mantenerlo en celofán.
No menos significativo para el cambio de perspectiva resultó la muerte del papa Francisco. Sólo Carlos puede explicar esta sincronía.
La razón de designar como enemigo a la prensa no es muy distinta que durante la presidencia de la Jefa Inmortal: tener una oposición sin capacidad de presentarse a elecciones es mejor que tener una que sí la tenga, y los periodistas gustan mucho de hablar de sí mismos; es una profesión insegura, llena de inseguros, que requiere de mucho autobombo, así que estos gobiernos fomentan un entretenimiento en el cual, emocionalmente, todos ganan, acusadores, acusados y público. Pero donde políticamente el gobierno gana más porque mantiene embarrado al oficio al que le toca dar las malas noticias, algunas de las cuales son efecto directo de la mala praxis administrativa; así que se trata de desfigurarlos, volverlos impresentables, unos sujetos comprados, sin valor moral, de feria, presos de sus afanes materiales más vulgares.
Con semejante propósito performador no tenía mucho sentido mantener fuera de la mira a Pagni, y no conducirlo a la zona del barro, donde todo es basura y trucho. Ocurrió, finalmente, 48 horas después del entierro de Bergoglio. Lo habrían hecho de cualquier manera y aprovechando cualquier disparador, pero que mencionara a Hitler en su último editorial mejoró la oportunidad. Fue tan dedicado el ataque que se involucró en él a la DAIA, que emitió un comunicado, y hasta al presidente de Israel, país que presentó cuatro días tarde sus respetos ante el fallecimiento de Francisco a quien consideraba, con justas razones, hostil a su supervivencia. Así que esta alta autoridad internacional validó el cuestionamiento a la supuesta comparación entre la llegada del nazismo al poder y la de Milei que (no) hizo la figura más importante del grupo La Nación en el último de sus extensos editoriales. Todo este dispositivo para marcar a un periodista y subirlo a una campaña de manejo de crisis de un gobierno podría no ser grave sólo en Argentina.
¿Qué le conviene ahora hacer a Carlos frente a este intento del Gobierno de transformarlo también a él en una basura? Difícil. Pagni, el que comenta con inteligencia cada acto y gesto del poder, debería incorporarse como personaje, noticia, sujeto histórico, como si fuera Cristian Ritondo, el entrañable Pucho. Podría contestarle al presidente fulminándolo con un gran análisis que incluyera historia, psicología e injurias precisas, con arte, pero claro, en una Argentina tan amarrada a la ignorancia podría eso dejarlo a él en paz cinco minutos, pero no emparejar la cancha, ni crearle ventaja. Podría, tal vez, dejarlo pasar para no darle lugar a nuevas andanadas, pero una vez que Milei arrancó sólo va a parar cuando haya un acuerdo. Sería lo lógico. Lo que haría Trump. Carlos, además, no se sostiene con micropagos, como este correo, su elocuencia es un activo que tiene socios. El grupo La Nación tiene como principal unidad de negocios el desarrollo inmobiliario y la compra de terrenos, a más baratos mejor, para vender a más caros mejor, y el Arzobispado de Buenos Aires los ha dejado a ellos, dueños del Movistar Arena, sin el Luna Park. El Estado nacional y los municipales hacen mucha diferencia a la hora de que algo gane o pierda valor.
Sobre el baiteo, los baiteados y los baiteadores escribí este artículo el año pasado con el que no puedo estar más de acuerdo hoy. https://estebanschmidt.substack.com/p/baiteadores-baiteados
Sobre Milei y la prensa, también éste, fuera de serie, jaja. https://estebanschmidt.substack.com/p/los-dos-demonios
De todo el espectáculo alrededor de la muerte del papa Francisco me quedo con la foto de su cuarto de soltero en la casa Santa Marta, la mesa de luz con un teléfono, el crucifijo al centro, arriba del respaldo, y el resto de la pared pelada. La enseñanza de que se puede vivir con menos, sin vivir menos.
Era más fácil para este último Bergoglio prescindir de objetos por la estructura que lo sostenía, naturalmente, pero en su posición de gran visibilidad universal se esforzó en ejemplificar la austeridad, en predicarla y obligar, al menos a todas las eminencias de la Iglesia Católica, a actuar en correspondencia.
La Iglesia tiene poca fuerza como para que las multitudes se identifiquen y obren como se les reclama; faltan el sexo, los goles, los récords y hasta milagros inmediatos para mejorar el producto. Sería mucho más útil si la humildad la performaran Taylor Swift o Lamine Yamal. Tendría un efecto inmediato sobre millones. Pero estas celebridades no serían nada sin el infierno de incentivos que es el capitalismo, sus góndolas y su fábrica de ansiedades. Le deben todo, así que la contrapropuesta papal es, aunque de poco impacto, de indiscutible valor. Quién sabe, Francisco fue quien empezó la tarea de resetear la civilización en el punto exacto en que la abundancia la amenaza. Porque podía, predicó con el ejemplo, y al menos por un par de generaciones la idea de vivir sin arrasar a la naturaleza o al prójimo nos dará vueltas, si la especie prevalece. La fe, compañeros, son los milagros que no vamos a llegar a ver.
En fin, esto es lo mejor que tengo para decir sobre Jorge Mario Bergoglio, quien armó una habitación y un vestuario con la revista Segundamano, y el detalle no menos crucial de que pedía que rezaran por él desde el minuto cero, cuando asomó al balcón de la plaza San Pedro, a las tres de la tarde en Flores. Rezar es un proyecto delirante si sos agnóstico, pero el papa muerto se igualaba también en la debilidad y el pecado con los cristianos del montón, y esto ablanda a los duros aunque le mejora la oportunidad a los autoritarios. Si todos somos pecadores, si nadie es quien para juzgar, si el bien o el mal se resuelven en una charla con el curita villero amigo, bueno, una institución bienhechora de gran capacidad dogmática cede su ventaja y otros vendrán con alguna escuadra a observar el ángulo de tus ideas. Algo así está en el fondo de la disputa que podría devenir cismática entre conservadores y liberales en la Iglesia.
De todas las observaciones que se hacen sobre el cónclave que inicia el miércoles me quedo con una respuesta que dio Benedicto XVI sobre la conversada intercesión del llamado Espíritu Santo en la elección de los pontífices. Ratzinger dijo que “lo único que el Espíritu Santo consigue en la reunión es que no nos equivoquemos demasiado”. Queda dicho, entonces, para que los cardenales más crédulos no se dejen operar.
Hasta aquí nuestro habitual panorama eclesiástico.
Sigo por la patria.
En Argentina hasta hace 150 años se cortaba la cabeza de opositores, compañeros, y se las disponía en picas en las plazas para regular los temperamentos de los rebeldes. Que hoy respetemos los semáforos me parece un montón. Pero falta. A veces, el trámite de secularizar la barbarie parece ir muy lento, que nunca nos encontraremos con una civilización sin fisuras. No tenemos líderes herbívoros a los que recurrir en las malas, héroes de guerra, padres fundadores de pie, no hay respeto de ningún tipo, el otro ideológico es una mierda, no hay encuentros populares moralizadores, tal vez el último fue la Semana Santa de 1987, cuando toda esa muchedumbre no fue por plata, ni fue por votos, sino por una gran corazonada a cada plaza y placita del país. Además, ser modernos no es lo mismo que estar modernizados, y se camuflan en este equívoco crucial muchos comportamientos.
Por ejemplo, prima el deseo de arruinarle la mano al que gobierna, cuando viene cargada, y esta voluntad queda por encima de la imaginación necesaria para heredar el poder vacante cuando le llegue su punto final al que está en funciones. Si, al fin y al cabo, lo que un político quiere es el poder, por qué no esperar hasta obtenerlo. En el curso de treinta o cuarenta años que dura una trayectoria profesional la perinola da vuelta muchas veces. Sin embargo, sobresale la ansiedad consumista por la manija como si no nos fuera a dar el tiempo.
La forista Valeria Hall, socióloga, me iluminó esta semana con un comportamiento criollo que registró en los malls de Chile. Dio con un tipo social argentino que va al Club de Amigos los findes y a Rondinella después de una marcha, que, en palabras de Valeria, “descubre ahora que la ropa está más barata afuera” y que arrasa con las compras y las publicita sin pudor en las redes sociales con el propósito de cagarlo a Milei. Ella tiene oído absoluto y así lo interpretó en su ejercicio etnográfico. En el gobierno de la Jefa Inmortal a igual apreciación del peso estos compañeros viajaban, compraban y lo camuflaban para no perjudicar la imagen del gobierno nacional y popular. Claro, saben estos consumidores que finalmente es insostenible. Que no hay deme dos que no haya terminado con la clase media encerrada en el Sacoa de Villa Gesell.
Por otro lado, los partidarios del modelo, llamémoslo así, compran y exhiben también que compran, pero para confirmar su adhesión al dólar barato y a la libertad de comprar lo que se me da la gana, donde se me dé la gana, como los que regresaban felices de Miami con sus Telefunken adaptados al PAL-N. ¿Saben ellos que esto termina comiendo hamburguesas en Carlitos? También.
La coalición del déficit prueba con todo para mantenerse encendida. Sirven las marchas por el presupuesto para la universidad pública a la que sus hijos ya no concurren, sirve armar quilombo en las Ferias de Libros que no leen y, ésta, la novedad última, la shopping guerrilla, que podrán estirar hasta las elecciones, por lo menos, y que no va a deteriorar el orgullo inmenso de sentirse por encima de los demás; al contrario, es otra prueba de su pragmatismo revolucionario.
Ya termino.
Es que Milei tiene el poder, pero no lo merece. No lo merece por muchas razones, hay una tradición argentina de negación recíproca de la legitimidad, pero hay una principal, oculta en el berenjenal de la reflexión política y es que está lejísimos, no sólo de haber formado parte, sino de entender o admirar o reconocer la mecánica de los años setenta. El que entiende y ya no está en esa, como Pato Bullrich, bueno, es una traidora, o se aggiornó, o transiciones así. Pero que Milei no reconozca ese sistema de signos jubila a la mayoría absoluta de la élite, si el presidente tiene éxito. La sensación hasta física, que colma de irritación, de que no lo merece es tan fuerte que hoy inhibe el desarrollo de la técnica para retomar el poder por las buenas, pero sin perfeccionar tampoco la técnica del golpe de Estado. Sólo se apuesta al desgaste del material. A que el gobierno caiga por su lógica y criolla inoperancia y se le pudran las manzanas en el cajón.
En otros que sí lo votaron, y que seguramente entienden la semiología de los años setenta, para evitar la repetición eterna del peronismo deficitario, endeudador, que tenía el rostro temporal de Sergio Massa en la última elección presidencial, hay un no se habla de Milei, como si llevaran en su baúl el secreto de una gran agachada histórica, inevitable, pero vergonzante, y que fue la apuesta a que un giro loco de la historia podría volver a un perfecto desdichado, perdido en los laberintos de una infancia sin fin, en el sujeto mágico capaz de hacer el gol del campeonato después de una larga sequía. Estos votantes con vergüenza, casi todos los que se añadieron para el ballotage, tampoco creen que Milei merezca el cargo. Cuando llueve miran al cielo y agradecen ese extra en los rendimientos de los granos porque saben que compran tiempo. Así que es muy poca gente la que cree que lo merezca. Los que lo creen con mayor lealtad y emoción carecen de predicamento público, sólo se hacen oír con sus motitos. Así que interpreto que todos los golpes de autoridad de Milei son, más que una imitación de Trump, el barullo que se necesita para ocultar un enorme vacío de legitimidad. Que después del cordón de alcahuetes, vienen los chicos del delivery, y después un infinito de desprecio.
Milei despierta vergüenza, incredulidad, piedad. Su liderazgo pende de un hilo. Una alternativa centrista está a dos años de devolverle la dignidad a un cargo que debe tenerla. Falta el líder que pronuncie las palabras mágicas contra la inflación y contra el déficit. Es notable que no aparezca todavía, pero seguramente está entre ustedes.
Si pensaste muchas veces en apoyar el correo, procedé, amigo, amiga. Hacés el emprendimiento viable. Funciona sin publicidad, como podrán apreciar. Tampoco hay guita de una Fundación, o de un gran mecenas o una sugar mommy. Yo lo escribo, yo lo vendo. Del autor al lector.
Cabo suelto 1
Me entero que la Universidad de San Andrés fichó en los últimos meses a dos grandes profesores y académicos de las Universidades de Buenos aires y La Plata como docentes de tiempo completo, lo cual representa otro ejemplo del desmerengamiento de las universidades públicas que no pueden retener, ni contraprestar en el plano material o simbólico el servicio de lujo que dan académicos de talla internacional. La tendencia parece irreversible porque ya llegamos al punto de que la UBA o la UNLP no proveen siquiera el prestigio necesario, el intangible que sirva para llevarse la posibilidad de lucro y supervivencia a otro campo. Buenos profes mueren, se jubilan o desertan, y la next gen de profesionales y académicos pierde condiciones, marco, para la incubación. UDESA, UTDT, ITBA, UCA, se quedarán con todo el sistema universitario y las familias menos favorecidas patrimonialmente deberán recurrir al sistema de becas, generoso en muchos casos, que éstas disponen para no perderse a los talentos evidentes que terminan los secundarios. Los que tarden más en madurar, pues, para esos, igual que al resto, saltar en el lodo de las públicas convertidas en el Nacional B de la educación superior. De alguna manera el mercado hace por las malas lo que las propias universidades no quisieron corregir por las buenas.
Cabo suelto 2
Muy pobre la convocatoria a escritores para que vayan a putear al ridículo secretario de Cultura de la Nación durante su discurso de la Feria del Libro; pobre también el llamado a integrarse a una promoción de la figura de Osvaldo Bayer, también en la Feria, para repudiar la demolición de un monumento erigido a pocos kilómetros de Rio Gallegos, mmm, por iniciativa de artistas de Esquel, distante 1360 kilómetros de la capital de Santa Cruz. Después del espectáculo que dieron en El Picadero durante la lectura pública de Cometierra, es evidente que los escritores de existencia material más crota ya no quieren laburar más de relleno de los que tienen casas grandes y servidumbre y que actúan indignaciones que no tienen pero que usan para colorear sus personajes públicos. Prima entre estos autores consagrados de libros y solicitadas, y que agarran todos los viajes, el pánico a extinguirse o a que la escritura deba alzarse sobre el postureo. Tal cosa implicaría siempre laburar más, menos reuniones, más soledad.
Chacaritología.
Don Cosme es muy conocido pero nunca es suficiente justicia recomendarlos. A mediodía arman unos sándwiches que son perfectamente para compartir por siete y ocho mil pesos con el mejor fiambre disponible en el mercado y un gran pan. Está en el borde de afuera de Chacarita, en Córdoba y Jorge Newbery, como si fuera Uruguaiana, pero es la misma idea.
Feel In Pita, una vez por semana pido una ensalada extraordinaria que me llevo a casa, por nueve mil pesos en cash, que tiene verdes, tomates cherries, cebolla caramelizada, repollo, porotos, aceitunas negras, semillas, una salsa agridulce. Una locura, riquísima. Por supuesto, se puede combinar con muchas otras verduras y legumbres, esa es la mía. Más que recomendado. Chacarita proper, Jorge Newbery 3674.
Muy buena esta conversación entre los foristas Hernán Iglesias Illa y Pablo Gerchunoff. Cálida, inteligente. En el auto, durante algún tedioso regreso, volviendo o tratando de escapar del ghetto de Colegiales, denle play.
También me gustó mucho este reportaje a Josefina Licitra sobre cómo se formó como lectora y escritora y sobre su próximo libro. Vale la pena escucharla, todo lo de su padre es de cuarzo.
Me gusta mucho este newsletter de Dolores Gil. Cinco estrellas.
Llega un newsletter de tenis escrito por dos adictas al deporte que no le deben nada a Entel, ni a Engels, ni a los que dan las pulseritas para entrar al vip del ATP de Buenos Aires. Tengo esperanza, una lucecita, de que también sobre tenis se pueda escribir sin querer agradar, o en busca de contraprestaciónes, o no sólo para desagradar. En fin, es este. Suerte, compañeras.
Se acabaron los programas de radio, sólo hay cosas para mirar y escuchar al mismo tiempo. De todos, me quedo con el que armó Infobae a la mañana con Gonzalo Sánchez, Carolina Amoroso, Ramón Indart y Cecilia Boufflet. Lo pongo en el iPad y lo miro/escucho mientras cocino o lavo platos.
Esto que comparto tiene un mes pero, además de dar una prueba clara de la consistencia de los periodistas, el entrevistado, Juan José Aranguren, habla de Vaca Muerta, de la energía no convencional, del futuro de las fósiles, o sea, digamos, nada que envejezca en pocas semanas.
Taller Shampoo.
Un lugar los martes y un lugar los jueves. Siempre a las 18 horas. Intencionar aquí: tallershampoo@gmail.com
Acá te quería agarrar. Yéndote.
Nada para agregar.
(No puedo adjuntar el meme de
Guacho, no pega esto
*Yo re loco eligiendo Papa en el Cónclave
Me encuentro aquí, parecída a como me sentía escuchando anaconda con memoria, aunque con más ironía y al final, hambre.