Amparo Ambiental Chacarita: en Chacarita luchamos para que los desarrolladores inmobiliarios, el gobierno de la Ciudad, los concejales asociados y el diario La Nación no nos quiten el cielo que tenemos otorgado, sin pagar, por ser criaturas humanas. Quien circule por Chacarita y Colegiales verá las banderas colgadas de los balcones, de las ventanas, donde pedimos que no se construyan más edificios y torres. Como Jorge Macri representa a los desarrolladores, no le pedimos nada, pero no sabemos si Martín Lousteau también está enganchado. En caso de que no, si logra asegurarnos la duración del cielo, se lleva todos los votos del barrio, al menos los votos que ya están dirigidos a Juntos por el Cambio, que son un montón. Mandenlé un whatsapp.
Berlusconi: visto de lejos, simpatiquísimo. Le sacó a la política italiana ese aire de posguerra permanente, hizo de la corrupción una fiesta y metió minas en esa fiesta sin el dramatismo que le ponía la Democracia Cristiana a afanar, todo el cuento de no querrás ver cómo se hacen las salchichas…, andá a bañarte. Silvio también licuó la sangre de ex comunistas atormentados por qué cosa es más o menos de izquierda, la seriedad mortal de Massimo D'Alema. Fratelli, todo eso barrió Silvio con una consigna simple: Forza Italia, aún más fácil que la de Trump. Le debemos, sin duda, una generación de buenos cineastas que se dieron manija, forza, para combatirlo.
Céline: uno no puede ser otro, pero sí puede hacer como otro. No se puede escribir lo mismo que escribió Céline, otra época, otra mamá, otras pestes, pero al menos se puede ir en busca de la música, de la asociación de ideas, del trance hipnótico donde se conjugue la propia lengua con la ambición de embestir el sentido común y exponer la confusión de estar vivo.
Diego: la muerte de Maradona me liberó del peso de tenerlo en la mochila de mi presente continuo, de saber que en cualquier momento podía aparecer en la tele y ser cruel con algún hijo, mujer o competidor. Su final cerró un capítulo tenebroso de nuestras vidas abierto con las enfáticas razones del nacionalismo y la magia del deporte que jugamos todos. Lloré cuando murió, era una droga. Me alegro de no tener que traducirle a Simón convenientemente alguna intervención del diez en la tele, como lo hago con las imágenes de las masacres de Putin que ligás de rebote en la tele de un bar. Simón tiene la suerte de contar con Messi y Antonella.
Exagerar: Diego era bueno exagerando, comparando, injuriando. Fangio le tomaba la leche al gato.
Fracasar: cuando todos se encerraron durante el Covid, con ganas, con pasión de encerrarse y ser encerrados por gente como Alberto Fernández, la señora Vizzotti, el doctor Quirós y los científicos de la tele yo pensé una pavada: que al argentino le daba vergüenza morirse, más vergüenza que miedo, por eso lo aceptaba tan mansamente, porque morir es perder. Y querían evitar la vergüenza de que lo vieran perder. De hecho, en la fantasía que facilitó el encierro había un morir colectivo en miles de camas alineadas en Tecnópolis junto a miles de compañeros tosiendo y eso aliviaba el miedo a morir porque nos iba a tocar a todos. Pero no la vergüenza. (Un día escribiré mejor esto que no tiene pies ni cabeza).
Güerrin: un papelón lo que hicieron con esa pizzería. Era la clara demostración de que los españoles habían inventado la pizza argentina, y van estos pelotudos que la compraron hace unos años y que son los dueños de la cadena Kentucky y la italianizan y le ponen pañuelitos tricolores a las mozas. La gente hace cola en la calle para entrar, la gente que ve la cola hace la cola y los que pasan en los autos ven la cola y estacionan para hacer la cola. Un equívoco, un desastre, el producto no es el mismo que era antes de que lo agarren estos sátiros. Está estirado por Kentucky donde la pizza es un círculo crudo, ácido y forense.
Halcón: en velocidad, altura, planeo y lucha libre el halcón le gana a la paloma. De hecho, cuando los medios formalizan las batallas en esos términos esperan el resultado fácil que promete el montaje que hacen. Pero es una ficción que se deshace cuando se crea otra. Era más fácil que la tabla del dos, pero le costó desengancharse a Larreta de esa trampa. Creo que lo logró y escapó del simbolismo que lo tenía contra las cuerdas y vuelve al centro del ring con algo superador. ¿Coalición chica o grande? Lo que preguntan en Güerrin. La debacle electoral de Milei le dio una gran mano. Ahora lo tiene que sostener, repetir, repetir, repetir. Y si nos asegura el cielo en Chacarita, no sé, eh. Mandenlé un whatsapp.
Improbable que los electores quieran una Bullrich rodeada de ultras, en cancha de cinco, sólo porque tiene polenta y no es tan loca como Milei y vayan a rechazar un armado moderado liderado por un gobernante probado que quiere cancha de once y asegura paz social.
Jameson. Whisky irlandes, por mucho el best value de los whiskys, siempre en los alrededores de los diez dólares la botella de ¾, al blue. Lo importaba Pernod Ricard, como tantos licores, pero los argentinos no lo encontramos más. Estaba en el Día al mismo precio que en los chinos y se podía tarjetear. Siempre pensé que esta gente podía hacer cualquier cosa con las importaciones menos impedir que ingresen los productos que consumen, así es que jamás desaparecieron los fideos importados, pero se que ve que toman de etiqueta negra para arriba porque el Jameson nunca más, señores jueces.
K. Moriré sin conocer Kenia, es lo más probable.
Librería: si bien es cierto que pueden regalar suscripciones de este newsletter para el Día del Padre no es menos cierto que algunas personas son apegadas a cosas que se pueden tocar, abrir, cerrar y olvidar. Nada como una librería para ello. Recomiendo dos recientemente abiertas. Las dueñas son gente de bien, además de personas cultísimas, que luchan a su modo por un mundo mejor. “Te llamaré viernes” en La Pampa 1569, CABA. La otra se llama “Rayos y Truenos” y queda en Juan B Justo 118, Beccar.
Migraña: toda la vida me dolió la cabeza, de niño bastante, de adolescente y joven adulto mucho, de mediana edad mucho menos. Cuando salía de trabajar en el diario Página/12 con dolor de cabeza intenso, lo cual me pasó muchísimas veces, me tomaba un taxi y avisaba al chofer que me iba a acostar en el asiento hasta que llegáramos a mi casa, también en Chacarita, en la calle Caldas. Cuando subía al departamento iba a la heladera, agarraba una botella de agua, una banana, un migral compositum y un valium. Y cenaba eso mientras un picahielo me tocaba el ojo desde adentro en cada movimiento sutil. Si digo que sufría no le hago honor al sentimiento. Me lavaba los dientes y me acostaba pidiéndole a dios que me dejara de doler, porque total, y bien, en algún momento del otro día despertaba, repuesto, con resaca del Valium, pero sin la constancia del dolor. Resolví hacerme ver por neurólogo, hice resonancia y nada, completé una ficha con mis alimentos de un mes, más actividades, para ver la recurrencias, y nada. Así que pasamos a cambiar la medicación. Me dieron naproxeno y me dijeron que nunca más en la vida de dios tome migral, o sea ergotamina. Mejoró todo. Y empecé a meter actividad deportiva intensa para descargar de alguna otra manera que no fuera trabajar. Lo peor había pasado; sin embargo cada tanto recibo la visita del dolor. Mi clínico me dijo “el dolor de cabeza, siempre de sobrepique, apenas sentís que puede aparecer ahí te tomás el naproxeno”. Y la última vez que lo vi me dijo que combinara paracetamol con naproxeno que iba aún mucho mejor. Este es mi guiño a la industria farmacéutica.
Ñ: aquel suplemento de Clarín, qué embole, eh. Pero ya pasó. Lo mejor de estos últimos años fue la deselitización del campo cultural. La aparición de cientos de editoriales pequeñas que universalizan la producción literaria. Todos somos escritores, ya no sólo los hijos de psicólogos. Todo el mundo puede escribir mal o escribir bien, todos pueden confundir sobre su habilidad o ser confundido. Todos pueden decir lo que piensan, lo que sienten, no hay que juntar orina en editoriales enormes con gerentes ni esperar respuestas. Nada, cualquier persona está a dos fiestas de cumpleaños de distancia de crearse el capital social necesario para publicar y circular como autor, si es su interés, o publicar y retirarse por la falta de reconocimiento. No es tan fácil aplastar las jerarquías en el decil más alto del mundo editorial porque están los premios internacionales que confunden mucho al respecto pero es cuestión de darles y darles hasta el descrédito.
Oltra. ¿Qué carajo hacía Silvio Oltra en el helicóptero de Carlitos Menem, o el hijo de Olmedo en la camioneta del Potro Rodrigo? Morir te vas a morir pero me apena que te agarre funcionando de colado o tratando de ligar un rebote en la combi de un famoso.
Pato Bullrich: un día de más o menos 1987 los muchachos de la Coordinadora del Quinto Centro estábamos pintando los paredones del Normal 1 en Córdoba y Ayacucho, que consiste primero en repintar y tocaba esa vez taparle algo al peronismo. Se usaba cal mezclada con agua, se hundían los rodillos en la mezcla y se cubría la pared. Luego el letrista pone el texto en letras redondas y éstas se rellenan con un color, normalmente ferrite rojo. De pronto se bajan de un 128 el concejal Juan Carlos Suardi y Patricia Bullrich que, en ese tiempo, era aún post montonera, a encarar al Gordo Rivero, el coordinador del quinto por la trastada de pintarles arriba. Rivero se disculpó y aunque no reparamos lo ya pintado, era ridículo que escribiéramos, no sé, Perón, desde cero, dejamos la segunda mitad del paredón con la consigna de Suardi Bullrich. Halcones y palomas over and over. Me gustó que honramos el esfuerzo que otros, distintos a nosotros, habían hecho otro día. Nada que ver con la anécdota pero me sorprende de Bullrich cómo pudo hacer una carrera política con poco carisma, oratoria corta, sin representar de movida a nadie, ni a trabajadores, ni estudiantes, sólo sobreviviendo en el amasijo de las reuniones, ni siquiera apalancada en el tema del cupo femenino. ¿Como Alberto Fernández? Cuando se desenganchó de Galimberti, cómo hizo para engrupir a Grosso, a Cavallo, a De la Rúa, a Inés Pertiné, a Macri. Sin duda, tiene ganadísimo el lugar que ocupa.
Qura plus: nunca más lo tomé. Insólitamente no me resfrío fuerte ni me engripo. Lo atribuyo al lavado de manos, hábito que viene de la moda de la gripe A y a que hay que seguir luchando y no se pueden bajar los brazos por un poco de fiebre. Esto viene de casa, de niño. No se faltaba a la escuela. Nuestro índice de salud a las 6.30 am era vivo o muerto. Si el niño estaba vivo iba a la escuela.
Ratas: pregunté sobre ahuyentadores ultrasónicos para ratas el otro día en Twitter. Estos animalitos merodean mi terraza y las escucho caminar por el techo mientras escribo el correo. Las quiero fuera, presidente. Me han recomendado venenos, tramperas, pero no ahuyentadores, lo que buscaba. Sin embargo, tuve un mensaje que recogió la idea del sonido inaudible para el ser humano. Hay que hacer así: comprás una jaula de pájaro, capturás una rata viva y la encerrás en la jaula. Hacés un fuego en la terraza, en la parrilla o en un fogonero oxidado, mejor por la estética, y ponés la jaula arriba del fuego. Cito a mi fuente: “quemar viva la rata, va a gritar cosas que se escuchan y frecuencias que no son audibles. No más ratas”.
Sabotaje: viene de saboter, que es pegar una patada con el sabot, que es el zapato. Todo en francés. Se usa en las terapias. Te estás saboteando. Se usa en los matrimonios. Sabotear la pareja. Arruinar aquello que está constituido por una agenda superior. En la terapia la pregunta lógica es si esa agenda es superior o es cualquier cosa. Hay que hacer terapia, compañeros, para darse los gustos sin destruir.
Tomate Pena: tenía las patas en una fuente con agua caliente y sal para aliviar ampollas, molestias en el pie. Murió electrocutado al querer cambiar de canal, con la perilla, como se hacía antes.
Uber: cuando arrancó Uber en Argentina me dio mucha esperanza de que el commuting se me iba a abaratar y que hasta podría prescindir del auto para siempre. Tristemente no pasó. Aun cuando los tacheros ya no joden más y la mayoría se pasó a las aplicaciones, el servicio es mayormente una tortura si hay que usarlo varias veces por día. La búsqueda del chofer, la espera, las cancelaciones, los mensajitos sobre cómo voy a pagar, vuelven la experiencia más tóxica de lo necesaria. No sirve para dejar niños en hora, porque no se puede calcular. Sólo sirve si los tiempos son elásticos en cuanto a hora de salida y llegada. Y el servicio es pésimo. Hay en particular un auto que uno no cree que exista sino hasta que llega el Uber que es el Chevrolet Classic.
V: viyela, me voy a autoregalar un pijama de viyela, de Suaya. Salen once mil pesos, algo así. Entiendo que es barato, dado que un pack de boxers cuesta más o menos lo mismo. El sistema de precios está roto así que no sé qué decir al respecto. Creo que la viyela pica pero me voy a poner debajo una remera de algodón: me gusta dormir transpirando, como afiebrado, como Robespierre cuando guillotinaban a Danton en la película. Hay un producto que en la Argentina no se vende porque los unicornios están en la boludez, que son unas mantas recontra pesadas, que tienen que tener idealmente el diez por ciento de nuestro peso corporal y eso asegura el verdadero descanso. Mantas de siete kilos. En Europa salen 100 euros. Me la voy a mandar a hacer. El peso lo dan unas bolitas de vidrio que van pegadas entre las telas que se usan. A priori creo en el proyecto. Nada me hace dormir mejor que las mantas pesadas.
W de woman. Me gusta más woman que mujer, que femme, que donna. Berlusconi decía sí a todas.
X: la gente de Amparo ambiental usa la equis para sus comunicados. Digamos por una vez: VECINXS. Creo que quieren hacer pensar que son amplios, que quieren que entren todos en la conversación, pero tengo para mí que el justo reclamo porque no nos roben el cielo viaja acompañado de supremacismo blanco y superioridad moral. No habría problemas en escribir vecinos y vecinas, la equis no es para hacerlo más rápido sino para educarnos en un dialecto que los originarios de CABA no hablamos, no aprendimos en la escuela ni usamos para relacionarnos. La equis resta, compañeros. A ustedes los hace sentir bien, aleccionarnos sin preguntarnos si queremos la clase, pero estamos luchando por el cielo, nada menos, luchando contra la cadena de medianeras de las desarrolladoras y del diario La Nación.
YMCA: vi la película de Village People, “Can’t stop the music” con mis compañeros de la primaria en el cine Gaumont cuando la estrenaron. Pésima. Pero cada vez que los recuerdo y me apoyo en Youtube para verlos y naturalmente cantar las canciones me doy cuenta de que pasaron diez años entre que vi la peli y caí en la cuenta de que estos muchachos eran homosexuales. O sea, en 1980 no había drama en presentar homosexuales en pantalla moviendo la pelvis o sea el mismísimo indisfrunguendisheguen y en la escuela no era un tema, y era todo vida normal. El pasado no es todo lo que se dice.
Zzzz.
“Truman, el argentino corriente cree que el escritor está apalancado de alguna manera para hacer sus redacciones, entonces, sospecha, y guarda el billete; pero otros, mientras lo leen con interés, esperan con pasión su fracaso. ¿La explicación? Algo con la combinación inmigratoria”.
Correspondencia Capote-Puig
Para mí, temazo:
Veníamos de acá:
Que venía de acá:
Che, qué bueno. Si te veo en Cuervo te lo vuelvo a decir.
genial, que bueno leerte Estebitan