1. Una de mis hijas tenía un compañerito sin padre (conocido). La madre asumió que debía educarlo masculinamente y le enseñó que si en el jardín alguien lo molestaba, él tenía que defenderse. El nene entendió perfecto: entraba al jardin; cuando la portera lo saludaba con un “¡hola, Ramoncito” le tiraba una patada; cuando la directora le preguntaba “¿cómo andas hoy , Ramoncito?”, otra patada. Y así. Después se iba a jugar muy tranquilo con los amiguitos. (Perdón: les amiguites; no te hagas ilusiones).
2. Hexágonos, Esteban. Hexágonos. Otra muestra de cómo el capital argentino volvió a resolver el problema de la regulación estatal: todo tiene entre tres y cuatro hexágonos negros. O sea: todo es venenoso. Morir de hambre o morir feliz, esas son las opciones..
1. Una de mis hijas tenía un compañerito sin padre (conocido). La madre asumió que debía educarlo masculinamente y le enseñó que si en el jardín alguien lo molestaba, él tenía que defenderse. El nene entendió perfecto: entraba al jardin; cuando la portera lo saludaba con un “¡hola, Ramoncito” le tiraba una patada; cuando la directora le preguntaba “¿cómo andas hoy , Ramoncito?”, otra patada. Y así. Después se iba a jugar muy tranquilo con los amiguitos. (Perdón: les amiguites; no te hagas ilusiones).
2. Hexágonos, Esteban. Hexágonos. Otra muestra de cómo el capital argentino volvió a resolver el problema de la regulación estatal: todo tiene entre tres y cuatro hexágonos negros. O sea: todo es venenoso. Morir de hambre o morir feliz, esas son las opciones..
El post es buenísimo, por supuesto.
a este ritmo de respuesta, voy, sori. gracias lucio, como siempre
Buenísimo!!!