Parte de Inteligencia 19
La ciencia política no está preparada para la absorción de buena parte de la UCR por el mileísmo, pero si El Javo llega entero, e incluso sobrado a mediados del 2025, es sólo una flecha en el aire.
La elección de 2025 partirá al país en dos, nada que no hayamos visto, pero es fácil anticipar que la desaceleración inflacionaria, la recomposición de reservas, el achicamiento del gasto y la plata moviéndose más fácil harán que una mitad sea mucho más grande que la otra. ¿Quién no querría confirmar a un gobierno que raja a los abrevalijas de Aeroparque, mantiene liberadas las calles y cierra oficinas deficitarias? Hoy, una minoría. Son, simplemente, políticas que, como las zapatillas Flecha, van en tu mismo sentido. El partido del superávit tiene el mismo consenso que la scaloneta, aunque puede notarse mucho menos porque hablar de política es incómodo y puede hacerte perder ventaja moral sobre los demás.
Tendremos elecciones de legisladores, provincia por provincia, posiblemente sin PASO, con boleta única, eso seguro, y sin que ningún gobernador arriesgue su cargo, por lo que los elegidos tendrán como mandato muy visible apoyar o impedir las reformas del gobierno nacional. Es difícil estar en el mameluco de quien quiera armar una lista sabiendo que el presidente apoyará exactamente a la otra. Vista desde hoy, proyectando estas condiciones de presión y temperatura, la elección va a ser un referéndum sin matices.
En ese sentido, y con toda mala intención, el presidente Milei pronunció hace diez días en la provincia de Córdoba uno de sus discursos balbuceados, aunque apoyado en bullet points para, al menos, no olvidarse de cosas a balbucear. En particular se destacó en esa oportunidad el pronunciamiento contra la memoria de Raúl Alfonsín: de la historia argentina del último medio siglo, el único político criollo sobre cuyas condiciones personales y méritos hay consenso casi mundial. Tanto la academia como la política local realmente existente (hasta la llegada al poder de La Libertad Avanza) honraban al ex presidente de manera unánime. En cambio, Milei, de panelista a presidente en cinco años, que miraba la hojita para exhibir la premeditación, dijo que Alfonsín “huyó del poder”, que le hizo “un golpe a De la Rúa”, lo cual lo deja lejos de ser “el padre de la democracia”, una cucarda que recibió de Clarín por contribuir “a la pesificación de su deuda” que, técnicamente, hizo Duhalde, su supuesto socio en el golpe. En diez segundos, y a cuento de nada, el actual presidente transformó en basura de la historia a dos ex presidentes y a un legacy media. Se entiende que del viejo régimen no se salva nadie, excepto los que Milei quiere salvar, Menem por aquí, Scioli por allá. Ningún valor representado por una persona, o ninguna persona representando un valor, se erige por encima de sus arbitrariedades.
Lo interesante es que entre el público que escuchó la diatriba presidencial se contaban dirigentes del partido radical de esa provincia, invitados lógicos a una reunión de la Fundación Mediterránea, pero que, lo admitan o no, se encuentran estudiando la posibilidad de engancharse al tren de la victoria libertaria proveyendo liderazgos locales al proyecto nacional de los hermanos Milei. Y esperar que los acepten. No porque crean especialmente en el programa de Milei, sino porque no creen en ningún otro o, más sencillamente, porque no creen en nada; no es algo de ellos, es la época y, en ese vacío de sentido, las decisiones son siempre de supervivencia.
Así que supusieron que no debían levantarse ante semejante provocación, sino aceptarla. Hay cuestiones culturales profundas: el radicalismo es un partido de gente cordial que cree que no debe retirarse ofendida de una reunión, pero máxime si esta es convocada por poderosos, porque quedan atrapados en una mezcla de gratitud por la invitación, incredulidad por el maltrato, pánico a volverse invisibles para las mujeres o para los hombres o perdedores sociales, y se suma el miedo a las terapias intensivas que no puedan cubrir. Aunque muchos ya sean segunda generación con countries tienen vergüenza por el origen, típica del inmigrante, y por eso el radicalismo fue un partido popular, así que no saben qué hacer cuando los desagradan y degradan, persisten en la intención de ser aceptados asimilando el ultraje. ¿Exagerado? Un día diremos más.
Un procedimiento psicopático, como este de Milei, hace difícil las adhesiones, porque la buena política se hace comiendo fideos, típico de radical, mirándose a los ojos, no tan típico, pero no las hace imposibles para nada porque la membrana que separa lo tolerable de lo intolerable es delgada y porosa, es permeable. Abarata las negociaciones entre las partes, especialmente para el que compra, que ya convirtió al otro en basura, así que sólo queda sortear la incomodidad social de haberlo hecho, lo que para un presidente como El Javo no es el fin del mundo. Es un funcionamiento normal de la política que el necesitado se someta al que le va a cubrir la necesidad y, normalmente, este último lo hace con cuotas de perversidad altas porque el liderazgo político requiere maldad para separarse claramente de las masas, donde el miedo a perder, cultural, se impone sobre las ganas de matar, visceral.
Los hermanos Milei, o sus asesores, o el gran titiritero que está detrás de este espectáculo sin precedentes mundiales que es el mileísmo, aprueban que los radicales que representen al menos algo en sus provincias se sumen a la coalición mileísta en 2025, pero primero los ponen a transpirar. Si lo toleran, si permiten que vacíen sus estómagos y profanen la memoria de sus antepasados, si aceptan ser muñecos como Scioli o Francos, les harán con sus huesos una escalera para que asciendan posiciones en las listas y lleguen al Congreso Nacional a votar lo que se les cante a los libertarios.
Fueron muchos los radicales presentes durante el ágape de la Mediterránea, menciono sólo a los más conocidos, miembros, además, de distintas generaciones: un heredero de Alfonsín nato, como Mario Negri, y un aventurero de la nueva generación como Rodrigo de Loredo. Negri cruzó décadas en la política y disfrutó de los enormes privilegios del poder y tiene, o tenía hasta este discurso de Milei que lo fijó a su asiento, psicológicamente estacionado un Renault 12 en las proximidades de la 9 de Julio el día de cierre de la campaña de Alfonsín en 1983. Fue diputado eterno hasta el último diciembre y en el Congreso se lo reconocía como buen orador por su afición al énfasis que, conjugado con su acento cordobés, su papada y un cuello de luchador de sumo que mueve aparatosamente en sus discursos como un viejo ventilador de saliva, lo volvieron un superhéroe burocrático entre sus pares. Un tetón, en palabras de Dillom.
De Loredo abusa también del cordobesismo sabiendo que te sube la nota en cualquier tribuna, la tonada despierta gracia automática, tiene los ojos saltones de un mero y lleva tatuado en el brazo el mandamiento no robarás, como alguien que fue muy afectado por los informes periodísticos de televisión. Rodrigo recién empieza en el poder, así que puede preguntarse honestamente por qué no jugar en 2025 donde el sol le calienta más, si es su única vida, si ya fue macrista, si los camaristas del Juicio a las Juntas defendieron delincuentes durante cuarenta años gracias a la fama que les dio el añito que juzgaron a militares sin ningún poder; si los viejos vinagres de la Junta Coordinadora se emplearon en el Ministerio de Bienestar Social con Navajas Artaza durante el final del Proceso para aguantar hasta que volviera la política. Por donde busque, Rodrigo encontrará la excusa para defeccionar con Milei. Más que entendible.
Por otra parte, el camino que eligió la “UCR del pálpito (de que todo termina mal)” que lideran Lousteau, Yacobitti y Manes terminará siendo parte de una coalición con la doctora Kirchner, otra manera de fundir al partido, volver a hacerle la segunda a candidatos que representan otra cosa. ¿Pero qué representarían si no se juntaran con Kirchner y con Fundar, la nueva CIPPEC, para salvar al país de la ultraderecha? ¿Cuál sería el argumento electoral, expresado en una línea? ¿Una inflación amiga? ¿De qué tamaño sería su minoría?
Así que ahí está el mileísmo para tirarles un salvavidas a los que valgan algo por sí mismos en sus provincias y municipios. La letra grande del radicalismo dice que se pueden perder las elecciones, pero no los principios, mientras que la letra chica dice que ni de casualidad podés quedar fuera de juego por ponerte dogmático. Unos diputados radicales que aceleraron en dirección a Milei votando en contra de las universidades lo entendieron rápido pero fueron vapuleados por atacar la vaca sagrada radical donde confluyen los que dicen ser sus ideales, la educación pública y la ciencia, la pluma y el martillo, con la fuente de ingresos y progresos materiales de muchos de sus dirigentes. Pero no se mosquear porque fueron la punta del iceberg. Habrá muchos más camino al armado de listas del año que viene.
Y será una derrota cabal para la identidad partidaria porque en el viejo régimen alguien como Milei era directamente un inimputable, una pieza de historieta, un ridículo, y ahora es el presidente de la Nación apoyado por más de la mitad de la población, incluso después de un ajuste feroz. Pero donde el radicalismo está parado ya no queda ni un solo voto. Hizo un gran esfuerzo en contar la historia de que los partidos políticos son importantes, fue una clase abierta del CBC que duró cuarenta años y que se quedó sin público. Así que el encuentro de su activo partidario con el mileísmo deberá aceptar hasta los textuales que escriban en los talleres literarios de la SIDE. Por eso hablan de “el estilo de Milei”, de su “frescura”, de que no se pueden “quedar en las formas de Milei” con todos los problemas que hay. Si Milei es la frescura, lo que se marchitó es todo lo que la UCR creía expresar. Eventualmente podría haber surfeado el cambio de época comprando futuro de manera permanente, con una vanguardia esclarecida y aceleracionista al frente. Si alguna vez la tuvo, dejó pasar la oportunidad.
“Querido amigo: en mi última visita a Buenos Aires me topé con algo impensado: el argentino, tan dado al abrazo, no puede corresponderle con un café con leche al compañero escritor. Me haría bien tu reflexión sobre esto. Tuyo, Truman”
“Truman, el argentino corriente cree que el escritor está apalancado de alguna manera para hacer sus redacciones, entonces, sospecha, y guarda el billete; pero hay otros peores que mientras lo leen con interés, esperan con pasión su fracaso. ¿La explicación? Algo con la combinación inmigratoria”.
De la correspondencia Capote-Puig
Cabo suelto 1
No es fácil de entender por qué los dirigentes del partido radical exageraron tanto con la figura de Alfonsín, quedando de rehenes simbólicos de un único personaje que, además, quedó en el pasado en 1989. Creí siempre que la generación liderada por Alfonsín se baja el precio, rebaja su papel en la historia, al monumentalizar a Alfonsín. Esa generación paternizó la democracia en todos los ámbitos donde le tocó intervenir, en cooperadoras escolares, consorcios, centros de estudiantes, la función pública y hasta armando las listas moradas o granates o violetas en los sindicatos contra la azul y blanca de la burocracia sindical. Padres de la democracia fuimos todos, pero los herederos de Alfonsín se obnubilaron con la idea de hacer de Alfonsín un Perón cordial, transversal, icónico, un hecho estético. En un correo que dejo más abajo explicó por qué creo que fue así.
Cabo suelto 2
Compañeros, ¿qué pasó con las tomas de las facultades? De pronto, flash, nada.
Dialoguitos en el asfalto
Almuerzo en el modesto restaurante Imprenta de Roseti y Newbery con periodista amigo que tiene muchos años en el mundo del rock. Menú del día: Polenta con Osobuco.
YO: Che, me gustó el artículo de Rolling Stone sobre el último disco de Duki. No conocía al periodista, ¿qué pensás?
EL: Diría que es una crítica moral del disco y no hay valoración artística, no habla de música, no hay crítica musical ni de cómo rima, sino de las aspiraciones materiales que muestra en su poética. De mi parte, pulgar para abajo.
Chacaritología
Abrió un local de Nómada en la avenida Jorge Newbery 3713 a metros de Imprenta, tiene otra sede en Cañitas. Queda a cien metros de Cuervo, y el flat white sale 3.500 pesos, 700 menos que en Cuervo y es el mismo exacto producto. Las mesas y sillas son muy firmes y el baño tiene los herrajes que Cuervo no pudo adquirir, unos que funcionan. El pan es excelente, compite perfecto con Silvestre y Atelier Fuerza, ambos a cien metros también. Abre a las 9, el punto débil; lo único donde Cuervo hace diferencia abriendo a las 8.
La carta de Nómada hay que leerla en QR, asÍ que, como tanta gente, ni me gasté en abrirla. ¿Cortarán con esta ridiculez heredada de la llamada pandemia en algún momento? El personal es muy atento.
Un libro para leerles a las bendiciones o tal vez el primer libro que lean por sí mismas. En cualquier caso, vale cada penique. De las foristas Verónica y Sofía Wiñazki. Se consigue en estas librerías.
Y hay más literatura para bendiciones si se afilian aquí en Mundo Tesoros de la forista
Me parecen un diez los posteos de la forista
. Recomiendo.Buenísimo esto de Hernán Vanoli.
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