Mauricio Supernumerario
Las campañas electorales son caras, pero más caro es cerrar la avenida Elcano durante dos años sin saber por qué. Si logramos que se levante el ghetto de Colegiales, todo cobrará sentido. Extras.
La elección de diputados de la Ciudad del 18 de mayo próximo no es muy importante, pero es muy divertida. La pérdida de valor electoral del PRO crea mucho morbo, no por casualidad la gente se agolpaba a ver decapitaciones. Ahora, en la bajadita, a los macristas los esperan todos aquellos a quienes humillaron con su idea de que tenían la última tecnología electoral, la gestión más sofisticada y la más clara y definitiva visión de lo que era bueno para el país. Sentimientos duros de gente blanca, pero, al cabo, son los que se dedican a la política. El tamaño de esa derrota la vamos a desvelar la noche de las elecciones, pero de arranque tienen la leche cortada. Mauricio lo reemplaza a Jorge para defender el bastión y todo el dispositivo publicitario es un volver a vivir el crush electoral con Macri de 2007 como si los electores, en trance, pudieran ser impermeables a otros experimentos políticos. El radicalismo hizo lo mismo con Alfonsín prácticamente hasta su muerte; la promesa era reencontrarse con el pasado donde ya no quedaba nadie. Y así no quedó nadie adelante tampoco.
Mauricio se presenta en las panaderías del corredor norte como una celebridad de regreso para retener el voto de los adultos mayores acomodados o jubilados del régimen especial, el colectivo que se conoce como pelos de cocker, por el tono de Clairol con que se tiñen y que caracteriza a las jubiladas o viudas del golf. Hace estas recorridas, tediosas para un bon vivant, pero el mensaje de que sigue dispuesto a darnos una mano, que está para ayudar y que salgamos de una vez por todas para adelante, como hizo con Boca, queda claro. Se esfuerza para que no muera la marca y para crearle una segunda oportunidad a su primo, él sí de color, para lucirse o para, directamente, arrancar de una vez con su mandato. Se la juegan por un chauvinismo macrista, alucinando que en el fondo del corazón del porteño de bien hay sístoles de bronca por lo que no pudo ser, pero diástoles de afecto incorrupto por Mauricio y explotan este pálpito hasta donde dé. No hay otra. No pueden ser la voz del gobierno nacional en la Ciudad porque esa es otra lista, y militar un oficialismo localista los hunde en la conciencia del porteño de que la ciudad es el mismo bajón desde hace varios años. Para fingir demencia eligieron bien: Silvia Lospennato.
La compañera Lospennato tiene condiciones histriónicas, indudable, es teatrera de alma. Y entiende la política como una profesión que debe prescindir de la vergüenza, lo cual da ventaja con quienes creen que la política y la vergüenza deben ir unidos porque el objeto de trabajo, la representación popular, es sagrado, y no puede ser profanado haciendo el pavo; o con quienes no creen esto de ninguna manera, porque no son moralistas, pero igual tienen vergüenza porque les parece un papelón estar gritando en televisión por algo que tampoco siendo diputado pueden controlar, o sea que disponen de un capital social que es exigente y prefieren no regalar el prestigio por los cinco minutos que puede durar la joda de estar en la política.
Esta campaña, si le sale bien, sube a Silvia de categoría. Ser un sujeto electoralmente exitoso es mejor que ser diputado por un rebote, o por el cupo, además de que puede ganar más dinero y tener más estabilidad laboral. Así es como se mandó con el video de los mejores lugares en Buenos Aires para hacerse una selfie y lo hizo con una remera que dice Brooklyn, un sinsentido totalmente calculado que supone que todos queremos vivir en Brooklyn, y no en su copia de la Comuna 14, y que refleja esa zoncera, consustancial al PRO, de que hay que parecer menos inteligentes que los votantes para que estos crean que guían a los líderes y no que son guiados, viejo apotegma de Durán Barba. Pero la segunda intención de que se hable largamente de su remera no la lograron. Las pavadas también tienen un rendimiento decreciente.
Mauricio necesita, además, aplastar la candidatura de Larreta, para pisarlo por deporte o por odio, pero también para que la representación PRO se quede sólo con él y Larreta quede boyando en la galaxia de la derecha como un Martínez Raymonda, una estrella muerta. Con un segundo lugar para Lospennato, el PRO/Macri salva la ropa, con un tercero, mmm. Con un cuarto es el final y sería un verdadero hito porque la democracia estaba acostumbrada al PRO y el PRO acostumbrado a la democracia, lo cual seguramente fue parte del problema de su agotamiento y pérdida de gracia.
El PRO vino, después de la masacre de Cromañón, a romper el pacto de inutilidad para los asuntos concretos de la vida diaria de un porteño que la vieja coalición del déficit tenía con la ciudadanía. Los partidos de la coalición le aseguraban grandes prestaciones para los asuntos patrióticos, la defensa de la Constitución, la asistencia social y no mucho más. El PRO, en ese sentido, se liberaba de las revoluciones, reconocía no ser parte de ninguna tradición, no contaba con panteón de caídos. Como cualquier narración, ésta dura hasta que deja de gratificar. Cuando ya todo estuvo más o menos digitalizado, lo público y lo privado, había llegado el tiempo de dejar de afanar al contribuyente con tasas y multas cuya principal ulterioridad es sostener el inmenso aparato estatal que el PRO, además, se esmeró en aumentar.
Sus gerentes y excelencias de la nada no vieron las señales de la pérdida del amor popular. Antes que cualquier elaboración en el plano simbólico, entiendo que la primera causa fue técnica, un problema de procesos, abandonaron el seguimiento y estudio sofisticado de la opinión pública local para volcar todos los recursos, que fueron infinitos, e inteligencia, que siempre es más módica, a crear la futura presidencia de Horacio Rodríguez Larreta.
Con buen microtargeting, es casi imposible perder la Ciudad para quien la gobierna, y la ciencia de datos sólo se perfeccionó en estos últimos veinte años. Como muchas otras grandes marcas, pero no como todas las grandes marcas, no supieron hacer el upgrade del producto y se mancaron. Ojo, la propuesta ahora es que la gente vote al viejo y primer PRO 1.0.
El fracaso en el gobierno nacional los fundió. Si bien no hay grandes afanos que se les puedan imputar, creo que hasta los menos despiertos se dieron cuenta de que la ventaja con la que contó Macri en el gobierno al manejar la Nación, la provincia de Buenos Aires y la Ciudad al mismo tiempo fue muy desaprovechada.
Las encuestas van a oscurecer el panorama hasta que se efectivice con el voto porque el gobierno municipal tiene a todas las consultoras conchabadas; o sea, están obligadas a dibujarles los números hacia arriba, al menos las que dan a conocer públicamente. Pero han logrado, gracias a las consultoras, el primer propósito de borrar de la discusión a Larreta; todas lo tiran cuarto, quinto. Lo anulan como competidor de importancia y dejan a Manuel Adorni, del mileismo talibán, y a Leandro Santoro, del pejota progresista porteño, como los rivales, y que durante el próximo mes se discutan los votos entre estos tres.
La UCR se acordó tarde que tenía elecciones o imaginó que el gobierno de Milei colapsaría como consecuencia de que son ridículos, no como los abogados del partido con sus sobretodos, y se le vino esta elección encima. Para evitar un bochorno que los lastime personalmente, Lousteau no encabeza la lista, tampoco su socio Yacobitti, y mandan al frente a la joven Lula Levy para que saque el dos por ciento que ellos no tolerarían asumir. Lousteau, macanudo, la cuenta al revés. Dice que brinda la oportunidad de ingresar a la política a una nueva generación. Pero claro, el que entra con un dos por ciento, entra y sale en el acto. A ver si logramos que alguien se lo mencione en las próximas entrevistas que haga hasta la elección y donde se exhiba tan desprendido. La vuelven a Lula impresentable para una siguiente elección, además de haberla enloquecido por la exposición sin pausa.
Para hacerse popular rápido, Lula cuenta historias personales en Instagram. En ellas nos dice que es Contadora Pública Nacional. También que se cansó de ver amigos partiendo a hacer una vida mejor al exterior y que por eso se involucró en la política. Un lugar común detrás de otro y se ve que sin ningún tipo de ayuda profesional porque la dejan entrar en una zona de repeticiones y chiquilinadas. Pautando estas stories en Instagram puede llevarle alrededor de 25 años trascender el conocimiento de su consorcio.
Lula, esto no es prejuicio sino lo que muestra, carece de ideas propias sobre qué hacer o qué decir así que por ejemplo se tiró a la pileta de Adolescence, la semana que en Buenos Aires se habló de Adolescence, pero lo hizo al mismo tiempo que lo hacía el Gobierno de la Ciudad así que por volúmenes publicitarios y alcance de la voz terminó alimentado la narrativa oficial. Después cambió de tema.
Los radicales creen, con razón, que si se meten con la economía no los van a oír, entonces van por el lado de los sentimientos que les despierta la Universidad. Veremos si pasada esta elección captan que tampoco esto funciona.
Hace diez años el radicalismo de la ciudad tenía a Santoro dando vueltas y lo dejaron escapar.
Leandrito es un líder nato, pero de qué. De muchachos que como él envejecen y comulgan en un largo asado, interminable, basado en el reconocimiento de un origen común y en la satisfacción radial de necesidades materiales. Santoro se encontró con que su método, punterismo a la antigua, casa por casa, cumple por cumple, sus competidores generacionales en el pejota no lo tienen. Cuando él entra al kirchnerismo ya todos los demás dirigentes de más o menos su edad eran recontramillonarios, así que le tocó fácil la tarea de ser el que viaja en subte y se sabe los precios de los productos de primera necesidad, y que además habla de corrido, lo cual es un montón. Pero su perfil atorrante tiene un techo imposible de romper. El peronismo necesita un candidato que pueda llegar a votar hasta una pelo de cocker. Por eso es que Pedro Rosemblat, el novio de América, es firme candidato para conectar todos los puntos.
Adorni es el candidato del presidente Milei, y simula ser un hombre de Estado que baja a la llanura a dar una discusión menor para probar su versatilidad como cuadro político. Tiene un tono como de tipo harto, de alguien que se pasó el día dando clase de merceología en un Comercial y todavía le queda sostener un matrimonio cuando llegue a la casa. Ojo, el hartazgo crea en el interlocutor una idea de que hay que ir cerrando la charla, o sea da poco margen para explorar.
Ya termino.
La Constitución de la Ciudad elevó a los viejos concejales a legisladores o diputados para darles una identidad o incumbencias similares a las del resto de los estados provinciales cuando la Ciudad adquirió estatuto autónomo. Perdió en ese pasaje un bonito detalle lingüístico aún cuando los diputados de la ciudad consideren más digno o interesante llamarse así, antes que concejales. Les falta autoestima, y se la transmiten esta falta a la ciudad. Ser el concejal de una de las ciudades más importantes del mundo, tener ese honor. Que el de Formosa sea diputado provincial, y el de la Ciudad de Buenos Aires, que hasta tiene un barrio específico para psicólogos, también, no da. Rosario, Córdoba, Mendoza, Mar del Plata, las otras sedes del Mundial 78 tienen concejales.
Así como la democracia arrancó con ese castigo al paisaje que es el edificio anexo del Congreso, una nueva república sin inflación, con una ciudad que deplore el déficit o que lo acepte, pero sabiendo que la deuda va toda a autopistas, puentes, subtes, algo clarito, con plazos, no como el corte ya mítico de la avenida Elcano, merece nuevos decorados y títulos de nobleza.
No van a bajar tres millones de porteños de un OVNI para que todo se renueve, pero basta con que un sólo líder marque la impronta de lo nuevo. Vaya como mensaje gratuito a ese posible líder que seguro está entre ustedes.
Insufribles.
El peatón que mira y editorializa al pobre automovilista que quedó detenido en la cebra, normalmente sin querer. El que cruza puede no decir nada, es sólo su mirada sobre el frente del auto, un poco el contacto con los ojos del automovilista, perdonándole la vida, para pasarle, cree que sutilmente, el mensaje de su desprecio e indulgencia.
La gente que le dice pipi a otra. “Ay, pipi” o “no fue nada, pipi”.
El apego de la sección de cultura de La Nación con los intelectuales de la coalición del déficit y su bulimia declarativa. El diario en su versión papel u online presenta un artículo por semana que refleja proclamas u opiniones duras o “cruces” que alguno de ellos tiene, o que todos los honguitos culturales sumados tienen, sobre el gobierno de Milei o el mileísmo o el clima de época, o la crueldad, Trump, la Comisión Trilateral. Sobre su propia práctica, agachadas, concursos literarios amañados, intentos fallidos, nada. El objeto de interés del medio completamente volcado a subrayar cuando los escritores miran el poder y lo que éste les suscita. Trabajo fácil, desde ya, sencillo de redactar y La Nación luce en el acto como de izquierda en el plano cultural porque todo es políticamente crítico. Quedará para otra generación de periodistas, o para nunca, enumerar u ordenar cada nueva condena en relación a otras viejas condenas, estudiar la serie, indagar sobre la factura de estos manifiestos que realizan, cómo se organizan los repudios, quién los empieza, quién los objeta, quién se baja de la declaración. El diario sólo presenta el bando, como si fuera La Voz del Rioba. Y jamás, por supuesto, retoma aquellos temas que los intelectuales avivaron como si fuera el mismísimo ingreso del ejército alemán en Polonia como la llamada censura al libro Cometierra y que, por supuesto, el diario se encargó de publicitar.
Los adultos infantilizados que no quieren dejar de jugar, que quieren aprender toda la vida, y que aleccionan a sus contemporáneos sobre darse tiempo, como niños, para el juego libre, la chacota.
Los economistas, en todo tiempo y en todo lugar. Es insólito el espacio que ocupan para las pocas e infelices prestaciones que ofrecen. Si nadie los convoca, ahí están metiendo una alguna meditación agorera en las redes o llamando a algún periodista para llamar la atención. Desarrollaron la habilidad de hablar en radio y tevé y no hay programa ni streaming que no tenga su economista joven in house para dar el dato económico y hablar de tu a tu con algún senior y alimentar la especulación. Un país sin inflación debería jubilarlos o mantenerlos en la academia y en las empresas dejando de crear incertidumbre constante para retroalimentarse como personajes públicos. Igual que otras usinas inflacionarias cuesta creer que resignen rentabilidad en pos del bien común y paguen el precio de la pérdida de anonimato.
Todo lo que es Catriel y Paco Amoroso. Desde el hundimiento del Crucero General Belgrano que no la paso tan mal al escuchar cualquier referencia sobre ellos.
Cabo suelto 1
Me parece totalmente confusa la carrera de Lali Espósito. Su simpatía no se puede discutir, pero no canta bien, no actúa bien, no hay nada que hacerle. Su personaje de estudiante judía en una serie de amor que hay disponible crea un cortocircuito cognitivo en la audiencia. No se puede creer en el personaje pero hay que creer que ella hace su mejor esfuerzo. Piden mucho. Además, el noviazgo publicitado la expone a que cualquier movimiento sentimental en relación al novio la estrese un montón. Hmmm.
Cabo suelto 2
Este correo de febrero sobre la inflación, como fenómeno no sólo monetario, etcétera, creo que estuvo bien.
Cabo suelto 3
Me interesó un montón este punteo del forista Gonzalo López Marti sobre viviendas multigeneracionales.
Cabo suelto 4
Me canso de leer posteos de redes sociales o recuerdos orales que arrancan con en plena dictadura y cuentan algo que en plena dictadura era impensado hacer pero que, sin embargo, se hacía. Son tantos y tantos los relatos de en plena dictadura, miles y miles, que habilita pensar en la dictadura de una manera distinta a la de las tarjetas postales y en cómo ésta se le presenta en las escuelas a quienes no la vivieron, a los que en plena dictadura no habían nacido ni estaban en el pensamiento. Hablamos en el Correo muchas veces de la expansión de un negacionismo del bien, un negacionismo amigo parido en la coalición del déficit, que va extendiendo waivers en paralela correspondencia con el negacionismo del mal que el arribo de la señora Villaruel a la vicepresidencia pareció estatalmente legitimar. Así es cómo Mirtha Legrand, Carlos Balá, Palito Ortega, Caloi, Dolina, Menotti, fueron salvados; mientras que los más grasas como el Gordo Muñoz o Gómez Fuentes quedan todavía empantanados en las peores recuerdos envasados de la dictadura plena. En estos días se está presentando el libro de Ezequiel Fernandez Moores sobre Menotti y en esta entrevista que le realizan al periodista circula la idea de que hubo una dictadura de la gente común que no puede ser elaborada históricamente como la otra dictadura de cuento.
Enseñanzas para la juventud
No hacen falta ojotas para bañarse en el club, me llevó sólo cuarenta años aceptarlo. No existe tal cosa como contagiarse de hongos. Y el trade off entre el riesgo de resbalarse y andar con algo más en el bolso, que permanezca húmedo muchas horas fermentando, da mal. Dónenlas en Cáritas hoy, ahorrarán tiempo, espacio y dinero.
¿Tiene sentido abortar una propina o privarse de un alfajor con el propósito de bajar el monto de la tarjeta? Cito al forista Diego Agrafojo: “Si un simbolismo no es escalable, no sirve para nada”. Los montos chicos no cambian la suerte, compañeros. Fíjense que a lo mejor esa crema La Roche puede ser cambiada por una Caviahue y es exactamente la misma idea de creer que le sacan un empate al paso del tiempo pero con un efecto más benigno sobre lo que tienen en la cuenta bancaria y lo que pueden gastar sin sufrir a fin de mes. Entonces, en esa línea de gastos, de cincuenta lucas para arriba, van a ver cómo la tarjeta adelgaza, si es que piensan lo que hacen, y no son antes pensados por la publicidad o alienados por Instagram. Ir al super con buen criterio también ayuda. Los vinos, ya saben, se compran en el chino, y la góndola del medio siempre es la indicada.
Mi reason why
Este correo está dirigido, más allá de mi voluntad, a una ultraminoría, yo lo escribo con el propósito de obtener recompensa psíquica y material, el placer obtenido al cerrar el correo después de cien horas y enviarlo es mi dopamina cara, y recibir los rebotes de satisfacción, mi dopamina barata. La contribución voluntaria, que es módica para cada uno, iyisoria decía el doctor Menem, en la integración de todas, me permite comprar el tiempo necesario para sostener una vida en la especulación y no tener que vender frutillas en la ruta.
Pero si acaso este correo tuviera una ulterioridad más evangélica, un uso político, es algo así como hacerle compañía intelectual a quienes lo leen, que son preponderantemente compañeros y compañeras que luchan cada uno en su ámbito para llevar su idoneidad a fondo, que tienen un debate íntimo y diario sobre la hipocresía, la propia y ajena, que buscan ser auténticos, aunque duela, que apuntan, siempre, a que prevalezca lo bueno y lo verdadero y eluden, o intentan eludir, las trampas que el capitalismo tiende sobre nuestras conciencias haciéndonos víctimas de deseos que no tenemos y hasta de vacunas que no nos hacen falta, tal la maldad.
Si pensaste muchas veces en hacerlo, es hoy.
Chacaritología
Abrió un Salgado Alimentos en la esquina de Roseti y Jorge Newbery donde estaba Imprenta, un restorán pequeñísimo que voy a extrañar porque me solucionaba almuerzos económicos con platos que en casa no me comen, por ejemplo, polenta o risotto.
Salgado es una cadena de pastas frescas boutique, con sede original en Villa Crespo, y con algunas mesas para comer en el lugar, pero muy pocas, el espacio es tan mínimo como el de Imprenta porque es el mismo lugar, tal como se indicó precedentemente.
En casa hacemos una compra mensual grande de pastas en Pastas Master en la Avenida Cramer donde el año pasado me encontré a Alfonso Pícaro, pero bueno, este local ahora me queda muy walking distance, así que veremos como funciona el precio calidad de los productos que ofrecen.
Dentro de todo lo que es lo farináceo, el otro día fuimos a comer a Garito Loyola, una pizzería a la piedra, que es realmente buena. Y no es napolitana, gracias al cielo. La atención, muy profesional, no ridículamente profesional como en Don Julio, con los microfonitos; diferenciemos siempre profesionalidad de ridículo. Vida normal, mozas y mozos que escuchan, anotan bien la comanda, y si hay niños captan la diferencia de que no es lo mismo que atender adultos. No hay que explicar nada. Garito queda en Loyola 1184, en la esquina de la reformada casa velatoria de AMIA, así que es también excelente para cortar un rato el velorio e irse a comer algo. Tienen una carta de vinos no convencional. No ridículamente no convencional, sólo no convencional.
Qué bueno esto, compañeros. Lo van a apreciar.
Taller Shampoo
Dos lugares disponibles lo jueves a las 18 horas. Intencionar aquí: tallershampoo@gmail.com
Diario del 12 al 19 de abril.
Sábado 12
10.00 Jugué primera ronda de torneo interno de tenis en el club. Le gané a un pibe 25 años más joven, musculoso y con buenos golpes. Gané 63 61. El triunfo de la madurez. Cien pelotas adentro, antes que cien pelotas que llamen la atención. Debo anotarlo como mensaje a la juventud. Y no fue aburrido para nada. Terminé el partido y me di cuenta que estaba en ayunas, sólo había tomado café sin azúcar.
Lunes 14
7.00 Dormí realmente muy mal, abrí la aplicación del Fitbit que llevo en la muñeca y compruebo que de casi 9 horas acostado tuve sólo 23 minutos de sueño profundo, 54 minutos de sueño rem y 7 horas de sueño ligero. Un verdadero desastre. No sé a qué llama sueño ligero la aplicación o a qué llamo yo estar despierto porque casi toda la noche la sentí como si no me hubiera dormido nunca. No sé a qué atribuir todo esto. No hay nada que me inquiete. No pienso en deudas de ningún tipo, no estoy atrapado en ninguna indignación, no pienso en la muerte, ni en su trámite, ni en el cuerpo saltando y haciendo chispas durante la incineración. Mis hijos están bien. Por qué no duermo. Tomé el glicinato de magnesio, tomé el omega 3 y apagué el telefonito a las 22.30. Ya no lo toqué más. Como hago cada noche, hay un momento que no se toca más, aunque esté lejos de morirme de sueño. Ahí me tomo el melatol, que dejo que se deshaga en la lengua. Y ahí empecé la danza mental a la espera del momento del desenchufe, de la transición y no vino la oscuridad del sueño, el olvido. Al no venir, entonces, me levanté un par de veces al baño a eliminar los más mínimos restos de orina para que nada interfiera en la llegada del sueño y así otro rato largo donde no fui nadie, un sujeto sin expectativas, una sensación que considero excepcional, como de meditación, o cuando en la natación lográs ese trance. Pero no me dormía. Dejo siempre mi pastillero abierto donde tengo el Somit, el Melatol y el Rivotril. El Melatol va en el compartimiento del medio de mi pastillero de Casa Ideas, porque es en el que deposito mi esperanza no alopática. Miré la hora, entonces, sin abrir mucho los ojos para que no me gane la luz del teléfono y eran las dos y algo, así que el Somit no complicaría mi despertar a las siete porque dura cuatro horas casi clavadas su influencia. Me lo tomé como diciendo ahora sí. Y fue no. Pasaron dos horas más en los cuales tipié mentalmente no menos de dos páginas del correo. Andá a reconstruirlas.
Luego, llevé el día como pude, o sea, bien, porque pude.
A la tardecita salí a dar la vuelta al Cementerio. Alzando la vista a la hora mágica cuando el sol se va, vi cuánto me conforma el paisaje de los paredones, especialmente los de Jorge Newbery, con sus murales. Me ordena que sean altos y con terminación contundente. Hacen de vivir una verdadera gesta, y de la muerte un final a la medida. Que no sea pueda ver dentro, aun cuando todos sabemos lo que pasa también lo encuentro edificante. De aquí para allá, el pasado, puede que que no sea solo la sobriedad de los vivos de esconder lo que se pudre o de no asustar a los niños, sino que a los constructores les salió una metáfora, una enseñanza a la juventud. Lo encuentro muy bonito. El tramo de Elcano es espectacular también, especialmente desde que está el parque. Desde el parque sí se aprecia lo que sucede dentro, se observan claramente las galerías de nichos y los niños juegan ignorándolo todo.
Martes 15
7.00 Hoy sí dormí muy bien. Pensé que la cagaba porque no pude reprimir anoche meterme un shot de Adelphi, un whisky divino, regalo de un forista, antes de dormirme, para liquidar la botella. Todo whisky que no es Jameson me lo tomo sin hielo, sin agua.
8.40 Cuando entré a Silvestre empezó a llover, cafetería y lluvia en la ciudad parece un buen maridaje siempre.
Gasté una hora en leer evocaciones de los escritores del boom, a propósito de la muerte de Vargas Llosa. Un plomo Vargas Llosa como político o conferencista de temas políticos, siempre me incomodó que arruinara su reputación de enorme escritor de ficciones únicas para intentar reformar hábitos ciudadanos, incluso en comunidades que le quedaban lejos de su más costosa comprensión. De todos modos alguien que se propuso escribir novelas como Conversación… o La guerra del fin del mundo, de compleja arquitectura y prosa excepcional, me parece lógico que intentara cosas bien grandes.
Me parece muy simpático que siendo millonario y pudiendo morir donde se le cantara, planificó morir en Perú, cerca de su mamá o de su tía. Como que la patria es algo.
20. Tuve una gran reunión de taller, vinieron tres textos muy buenos, que me divirtieron, me hicieron pensar.
Miércoles 16
7.00. Sueño aceptable.
8.20 Realmente envidio como los pibes saltan del auto a la escuela con un entusiasmo genuino por reencontrarse con sus compañeros y maestros.
8.35 Entro a Silvestre, un solo cliente, perfecto, casi que abro el boliche, me gusta ser el que inaugura la máquina. Pedí un chipá calentito y el flat white.
19.00. Tenis, al fin. Precalenté bien un rato antes, trotando diez minutos y usando una goma para calentar el hombro. Me sentí muy bien. Vi tantos tutoriales durante la semana que debería saltar pronto de categoría.
20.30 No fue una gran noche de tenis, me costó despegar de la tierra, mover los pies, así que estuve fuera de timing la mayor parte del tiempo. La última parte la jugamos con una garúa finita. De ahí viene “que te garúe finito”.
Jueves 17, santo
12.00. Tenis de nuevo. Ahora sí mucho mejor, y al sol, por suerte, para sentir diferente, juego casi siempre de noche. Dormí bien, así que anduve bien de movilidad. Contento. Los chicos se quedaron en la cancha de básquet jugando al fútbol. Después de mi larga sesión de elongación nos fuimos a comer a Rojo y Negro.
Viernes 18, santo.
8.30. Publicar en viernes santo, no da. Voy a esperar al domingo. Es mejor timing. Voy a escribir más. Necesito dos o tres turnos de dos horas hoy, ojalá pueda.
16.00 Un solo turno de escritura.
Sábado 19
10.00 Desayuno de campeones. Tostadas, queso, huevos, panceta para todos. En el quincho.
12.30 Cociné milanesas para las infancias.
Luego trabajé toda la tarde.
20.00 Cociné pizzas.
22.00 Seguí escribiendo.
23.00 Compartí el texto con mi amigo corrector Fernando Santillán. Le puso unas comas, le sacó otras. No sé si agregar o no lo del diario. Pero lo quiero probar. Me interesa el formato, y me tiene siempre encima de algo, y de ahí pueden salir otras cosas para las otras secciones y para el artículo principal. Pruebo.
Ca7riel y Paco Amoroso son realmente malos. No entiendo ese fanatismo por melodías remanidas con letras previsibles.
Gracias por toddo el texto. Sobre no poder "dormir bien",, cómo te entiendo! Saludos desde Corrientes.