Descontrol de calidad
Me quedan dos latas de tomates Molisana en la despensa y las reservo para jornadas especiales, los containers no entran, es casi como una posguerra. Todo trucho, nacional y caro. Basta presidente.
Espero hablar por todos: tengo las bolas llenas de que en los kioscos te pasen tanto una bananita Dolca como una botellita de agua por el lector de código de barras. Es un procedimiento diseñado por retardados que alarga una compra que debería ser casi automática y que empeora el cuadro bromatológico de los productos al sumarle un pase más de manos al packaging. Sé que la mayoría de kioscos son cadenas y que los dueños necesitan controlar los stocks y que de ninguna manera pueden jugarse la contabilidad a la total incertidumbre numérica que atrapa a los empleados cuando hay que sumar de a cuatro cifras pero, bueno, lo quería decir.
Quería decir también que hay algo, vamos a decir secundario, del gobierno de Javier Milei que me fastidia en mi fase más frívola, snob, inconsciente, ideológica, la que lo hizo votable para tanta gente que no se le parece en nada, ni se quiere parecer, y que se ve que el presidente no puede corregir a favor de su agenda prometida y esto es la presencia de más variedad de productos importados. Su ausencia, bah. Las góndolas de delicatessen se abastecen de los mismos containers de siempre, los mismos dos o tres importadores. Y todo lo que era caro, o sea todo, sigue siendo caro. El índice del spaghetti Barilla se mantiene como el más alto del mundo en Argentina y la colombrarización ordena no sólo los anaqueles de los bazares chinos sino incluso los de las tiendas de home and kitchen más fifís.
Si disponiendo de la pampa húmeda para extraer la mejor sémola de trigo duro, más los años de protección de la industria, más los bronces que se afanaron en la Ciudad durante la gestión de Larreta, que de fundirlos habrían podido armar las máquinas trefiladoras más imponentes para dar la mejor estructura y mordida al fideo seco tope de gama, creo que ya corresponde tocarle un poco el culo a Molinos, o a los que toman todo el espacio en las góndolas y que seguramente impiden que uno, un compañero o una compañera, en la única vida que tiene pueda comer el mejor producto posible pagando sólo lo que vale más el IVA. En 2024 la selección nacional de fideos nos condena, como desde hace cincuenta años, a los marplatenses Don Vicente como lo mejor que nos pueden ofrecer.
Con Macri, la expectativa razonable era el Apple Store en la 9 de Julio cuando él venía con sus equipos y sus gerentes a dar vuelta el país, lo escribimos acá, y terminamos con diez mil bolichitos que venden cases para que la miseria que tenemos no se raye, no se astille; con Milei, ya diez pisos más abajo, era que al menos los Barilla estuvieran a precio internacional, o ponele un poquito más, pero no.
Me parece notable que Javier y Karina hayan logrado completar nueve meses de gobierno ajustando salarios a la baja, tarifas al alza, sin mejoras en la oferta de huevadas indispensables para el amor propio de la clase media, y con poquísimo quilombo en las calles y sin el agobio informativo de que los pibes se van del país porque ya no pueden más. Ahora parece que no se va nadie. Se ve que hay una Argentina que funciona sola, gobierne quien gobierne, y hay una que no funciona, gobierne quien gobierne, y que el verdadero Estado para la mayoría de la población es Mercado Pago y después hay oficinas públicas atendidas por commendatores, dispensarios, comisarías, escuelas que funcionan mejor o peor dependiendo el estatus psiquiátrico de los que están a cargo.
En otro orden, el joven forista Rosendo Grobo tiene una serie de entrevistas que transmite por YouTube, éste es su canal, todas bien intencionadas, deja sentada su ansia de un mundo mejor, más verde, más justo, más fresco, como es él, un mundo en el que Rosendo funcionaría de matchmaker, como un futuro Jefe de Gabinete de gente interesante y exitosa, todo diez puntos, buenas intenciones y ambiciones a la vista bien combinadas se agradecen. Solo pude escuchar dos reportajes enteros porque no hay tiempo para todo, uno que le hace a Marcos Peña (a mí me parte el alma Marcos y consumo toda su deriva al existencialismo, de hecho le dediqué dos correos que se pueden leer acá y acá), y otro al profesor, y también forista, Tomás Borovinsky quien ciertamente es un crack y que vale mucho la pena. Es esta. Pero, y acá estaba el pero, me indignó mucho la última emisión donde un vendedor de bonos o trader (traidor, en una terapia bien hecha) Ariel Sbdar, que habla exactamente igual que Caro Pardíaco, pero exacto, eh, especialmente cuando se apasiona, la emprende contra las apuestas online. Ofrecí mis dos centavos sobre tema del juego on line acá porque entiendo que funciona perfecto de comodín moralista, pone muy emocionales a los periodistas que no fueron valijeados por las empresas de juego, da tema a todos los políticos sin temas, sin ideas, aprovechándose de los terrores que tiene cualquier papá o mamá de que su hijo se pierda y más terror cuanto más se repite que algo es terrorífico. Para el trader que vende y compra bonos, cedears, cryptos y todo lo que sube y baja de precio diariamente, el juego on line es claramente una competencia porque donde hay diez mil pesos para darle a Betsson hay diez mil para darle en realidad a él que fue a la universidad. Y con toda impunidad, Sbdar dice, como quien dice que la otra tarde vio llover, que hay “pibes que se suicidan por quilombos con las apuestas”.
Rosendo vio que en esa frase estaba el gancho para publicitar la entrevista y armó el short para YouTube, Twitter, Instagram, lo cual me partió el alma porque siendo Grobo un buen tipo que quiere salvar al mundo de sus maldiciones maniqueas se abasteció de un anzuelo fácil, procedimiento que alimenta un mundo peor. Exagerar, paranoiquear, es mala política y mala comunicación para una mala sociedad. No hay evidencia de adolescentes que se hayan quitado la vida por las apuestas on line, simple. Sbdar no puede saber a ciencia cierta eso que dijo, así que lo dijo con total impunidad, y lo dijo para contrapesar algo que sí pasó, el fusilamiento de un adolescente de 19 años que tradeaba con guita ajena. Si pasa, pasa, o peor, no hay riesgo de que no pase porque el alarmismo, compañeros, no tiene control de calidad. ¿Pero qué sentido tiene todo esto? Si para vender la entrevista, para llevar tráfico y convocarme por ejemplo a mí a mirarlo se dice algo que no es ¿a qué estamos jugando?
Dentro del mismo gremio, el paraperiodismo, me hace pelota como el diario La Nación manda al frente a sus pasantes para escribir todas las publinotas. Los deja expuestos para la eternidad con sus firmas en artículos falopa sobre el desarrollo inmobiliario, zonas de moda, barrios que están explotando, artículos a la medida publicitaria de las desarrolladoras, algunas que avisan de manera formal en el periódico o que están asociados a sus autoridades de manera opaca para los lectores. Los pasantes, sino todos, en su mayoría son jóvenes periodistas graduados de la Maestría de Periodismo de la Universidad Torcuato Di Tella, la reputada UTDT, y cuesta creer que el convenio de transferencia tecnológica entre la institución educativa y la empresa no haya tenido en cuenta que los graduados no deben ser usados para tareas no periodísticas, o chivos, materia que no se dicta. Descontamos que aprenden los mejores procedimientos para investigar, para separar el bien del mal, y luego para redactar las historias de manera comprensible y hasta bonita. Pero el diario les ofrece, cuando llegan a la redacción de verdad, someterse a escribir artículos de manera comprensible, y hasta bonita, pero que son pura publicidad. Y los chicos no se pueden defender. Hacen la Maestría para trabajar de periodistas, el canal primario ofrecido es el diario, ¡hay unas becas Carlos Pagni!, dos por año, apurarse, y aceptan los escalones más bajos, como en cualquier carrera que crece desde el pie, en este caso escribir sobre negocios inmobiliarios desde el mismísimo corazón mercantil sin contrastar la orientación que se les da. Siendo que para La Nación esta carne fresca ávida de millas en un medio de comunicación es una oportunidad económica, obtienen lo máximo gastando lo mínimo, que la dignidad de los pibes no sea mancillada es, diría, obligación de las autoridades de la Universidad, incluso también de Pagni, graduado de la Universidad de Mar del Plata, como los Don Vicente, que presta su nombre en la maniobra publicitaria.
De cara al próximo ciclo lectivo y ante la evidente degradación del diario creo que corresponde que las autoridades de la Maestría se planten con La Nación y les digan que para hacer publicidad sus pibes ya no están y que, simplemente, dejen de usarlos para aquello para lo que no los educaron. Claro, el diario La Nación puede decirles en esa paritaria que hace un montón de años que reciben graduados de la Maestría y que no logran despegar de la verga que hacen, pero que eso igual los hace felices como empresarios. Como un schrödinger de la mediocridad. Si incorporo genios hago una cagada, pero si nos los incorporo también la hago y me da exactamente lo mismo.
Para quien no la conoce, la UTDT es divina, es como la nave Entreprise estacionada en Nuñez, frente al Monumental, se cruzan molinetes llenos de magia digital para ingresar, y ahora también se va a ampliar a los terrenos del Tiro Federal, tema sobre el que escribimos acá. Yo creo que dado el tamaño de la operación que maneja, la UTDT podría prescindir perfectamente de este acuerdo y que sus graduados se las arreglen como puedan en sus desarrollos laborales. Porque no va a pasar nada. Cuánto puede bajar la matriculación de la Maestría por dejar de asegurarles destinos de pasantes eternos o empleados pésimamente pagos en La Nación. La universidad puede calificar periodistas para medios que no existen pero que bien podrían existir sino tuvieran la seguridad de ese destino que hoy es, claramente, una pesadilla profesional. Y entrenarlos para un mundo nuevo. Los que tengan muchas ganas se las van a arreglar para abrirse paso y los que no, harán otra cosa. Además, por último, la UTDT sólo va a crecer para bien, siempre mejores profes, más guita, y el diario La Nación consolidará su extensión de marca a la televisión controversial, y su única salida comercial como web es ofrecer negocios que pasen por periodismo a los que controlan el Código de Planeamiento Urbano o a los vendedores de remedios y vacunas que no hacen falta. Hoy es un diario digital que apela principalmente a clickbaits y a publicidad disfrazada de noticias, con apenas dos columnas que se destacan, la del becador Pagni, la de Luciana Vázquez y los obituarios magistrales de Marcelo Stiletano. La paliza diaria que les da Clarin en todos los otros órdenes informativos es espectacular.
Yo creo, compañeros, que alguien se tiene que tomar en serio este país, nadie lo hace, está a la vista, pero si sos la UTDT capaz que tenés la espalda y el tiempo para hacerlo. Esa Maestría todavía puede ser la oportunidad para un mejor periodismo pero tiene que desengancharse de La Nación.
Ya termino.
Me encantan las presentaciones de libros que se animan a salir del campo literario que le es propio como objeto que se acomoda en una biblioteca, y que reconocen al autor, no sólo al libro, como el producto de una época, el destilado de un tiempo especial, del roce con generaciones que lo precedieron y con palabras y experiencias que escuchó y encarnó. Que no nació de un repollo, que su talento no es natural. Que la vida del autor, además, no son los últimos cinco minutos que vivió mientras escribía, o, peor, lo que espera que sean sus próximos cinco minutos después de publicar rodeándose de personajes que representen el eslabón siguiente, que lo asciendan en la cadena alimentaria de la cultura nacional.
O sea, hace unos días fui a la presentación del libro de Javier Cababié llamado Cadena Nacional y ésta me pareció tan espectacular como el libro.
Cababié rescató para su presentación a un profesor que había tenido hace unos veinte años en la Carrera de Comunicación de la UBA, Carlos Mangone, y lo eligió para que hable porque algo de lo que ese profe decía en clase, algo que ese alumno no anotó y que no puede recordar con palabras precisas, lo marcó para siempre. Lo que une este libro con el autor y el mentor es una línea de puntos invisible, un misterio humano que profundamente ambos reconocen y, tal cosa, en tiempos donde hay que explicar todo, y todo es narrativa, como si el mundo fuera sólo una gran reunión de tarados que viven presentándose, me parece un milagro. Además, la exposición de Mangone me resultó muy encantadora e inteligente. La dejo arrancando en el punto en que empieza a hablar el profesor, luego los extras, y me despido de vocês hasta la semana que viene.
Ayer escribí por la mañana dos horas y luego almorcé bife de chorizo con ensalada grande de rúcula con oliva, sal y pimienta. Por tratarse de carne no pude evitar el vino, lo que también me pasa con las legumbres y los carbohidratos. Para evitarlo debería saltearme enteramente el almuerzo. Solo tomo una copa que lleno hasta la panza, de la copa, y siempre es un vino suavecito, como para el mediodía, casi agua bendita. En este caso fue un Famiglia Bianchi de la variedad “Criolla” de cinco o seis mil pesos en el chino. Después escribí dos horas más, el vino no me pega mal para escribir, pero tampoco mejora mi perfomance; me hace feliz y eso sí que es guita, compañeros. Después fui a buscar a las bendiciones a la escuela, el caos, el estrés total de las doble filas, negarles el paso por el kiosco, el escándalo, la demanda, y seguimos camino al club donde tienen gimnasia deportiva, la nena, y ajedrez, el varón. Mientras hacían sus actividades metí dos horitas más de tiqui tiqui y después me quedé hasta las 4 am de hoy hasta liquidar. Duro, estoy cansado, pero buen, no me tengo que tomar el colectivo. Tengo la cama a dos metros.
¿Qué libros, música y obras de teatro te gusta compartir con tus hijos?
Algunas respuestas en Mundo Tesoros. Recomiendo seguir sus historias en Instagram porque te soluciona toda la parte cultural de la infancia, si tenés bendiciones, claro está. Idea y dirección de mi compañera
.La también forista
es crack. Recomiendo enfatically esta entrevista que le hacen en el canal de streaming Yeite.IMPORTANTE
Compañeros, veo que abren los correos, los leen y los comparten. De hecho en la última semana se sumaron cincuenta compañeros nuevos, todos bienvenidos, y espero que con expectativas bajas porque son las únicas que seguro se pueden satisfacer. Todo mil puntos, como decía Carlos Monzón. Pero me ayudan un montón a sostener el newsletter si, además, pasan por los botones de abajo.
Quienes viven fuera de la Argentina, muchos de ustedes, tienen un botón de PayPal. Si vivís afuera y no remesás al país que te enseñó a leer y que te da de leer, ¿realmente vivís afuera?
Para todos, son colaboraciones mensuales que equivalen a consumos simples en bares del corredor norte de Buenos Aires y de las zonas salvadas del interior del país que cualquier miembro del primer centimil de la sociedad argentina tiene a diario e, incluso, más de una vez. O sea, no es una locura para nada. Vamos, vamos.
Muchas gracias por la recomendación!
Leí con atención el epígrafe de la foto del almuerzo xq cuando uno tiene un ídolo le quiere copiar el estilo. Me asaltó una duda : ¿el bife de chorizo es ese lomito al plato?