Déjala morir adentro
La única métrica es el tipo de cambio. Si se descontrola, buenas noches. Carece de toda lógica que un desayuno cueste igual que en Suiza que tiene más impuestos y más costo laboral, así que 2025 mmm.
Compañeros, la reducción de Hamas y Hezbollah y la erosión de la autoestima de Irán y los ayatollahs son una gran noticia de 2024. De todo el futuro que no puedo controlar, lo único que más o menos me mueve el piso es un cambio muy notable en los hábitos de las ciudades europeas, ejemplares por su libertad y respeto a los derechos humanos. El signo sería inequívoco: Londres bajo un manto de burkas. Desde la incursión del 7 de octubre de 2023 en Israel, el temor que tenía a que nuestra mitad de la humanidad sea abducida por los musulmanes que año tras año ponen más intendentes y más concejales en Europa se disipó con el éxito militar, sin duda pírrico por las vidas humanas inocentes y la destrucción de la infraestructura vital bajo la cual el terrorismo se agazapaba.
Si bien La Lista de Schindler no es tan vieja, la guerra del último año despertó un antisemitismo global inesperado. La idea principal es que Israel se la comiera doblada. Que aceptara lo que le tocó. Fue un antisemitismo académico, no el de los resentidos de las cervecerías: fue una moda con careta humanista, que se llevaba como las tote bags con mensajes inspiradores impresos.
Con la derrota de Hamas, Hezbollah, Irán y Kamala Harris, el odio a Israel volverá pronto a la baraja y es cantado que un día sacarán la carta de nuevo. Pero pueden pasar muchísimos años. Los judíos jóvenes, de todos modos, tienen que tener presente que siempre intentarán masacrarlos; y los no judíos no debemos olvidarlo para ayudar a mantener en alto el cerco que impida a los asesinos de todos los tiempos y a sus cómplices avanzar sobre ellos.
¿Muy solemne?
En Argentina todo es joda, lo cual para este caso puntual fue una suerte porque la moda de las universidades norteamericanas de acosar judíos y atacar al Estado de Israel no llegó sino en una insignificante exhibición de judíos renegados del campo cultural. Asomaron la cabeza y vieron que no había cómo rentar y no la siguieron. Nuestra gran ventaja es que la colectividad es proporcionalmente muy grande. En España, la gran usina antisemita de Iberoamérica, los judíos son quince mil. Allí se pueden estirar sus prejuicios raciales y referencias antisemitas sin afectar una sola amistad.
Las explosiones sincronizadas de los pagers de los soldados de Hezbollah, el gran evento de la gran noticia de 2024, nos dio la idea de que los persas, inventores del ajedrez, no pueden con los inventores de los videojuegos, así que es posible que la tecnología pueda consolidar la asimetría para asegurarnos por un período muy largo que nuestro déficit de nacimientos judeo cristianos no implique debilidad ante la amenaza medieval superavitaria en niños. En mi portfolio imaginario: acciones de las tecnológicas de origen israelí.
A lo que en realidad quería ir en este último correo del año es que normalmente no vivo preocupado por el futuro, las desviaciones evolutivas del sapiens se corregirán de una manera u otra. La pregunta sobre el país que le voy a dejar a mis hijos, o el mundo que le vamos a dejar, aunque más acotada en el espacio y el tiempo, la considero también fuera de mi alcance, una pavada para la televisión. Que me hayan tomado la temperatura con una pistolita trucha cada vez que entraba al Carrefour durante la llamada pandemia ya fue mucha distopía para una sola vida.
Sobre mis hijos y su futuro, sólo alucinaciones. Puedo aceptar que sean pobres, incluso que sean gobernados por el peronismo toda la vida, en todas sus versiones, incluída la actual, totalmente asumido; pero se me hace intolerable que no sean libres o que tengan que vivir perseguidos por el islamonazismo o el putinismo. Proyecto a Simón y a Amparo adultos, con sus autos, sus ansiedades, sus hijos y sus llaveros, e imaginarlos padeciendo el estrés del fugitivo me pone verdaderamente mal. Tolero fácil que revuelvan, en mi imaginación futurista, una ollita con arroz y huevo, sé que van a saber manejar una malaria temporal o larga, y que le van a sacar provecho. Aún puedo perfectamente enseñarles el camino de la marginalidad, gestionar micropagos, lo que garantice no ser alienados y asegurarse la propia voz, pero no el destierro y la pérdida de libertad. Yo aprendí el ascenso, pero no el descenso.
Puede haber un mejor de los casos, por supuesto, y, en ese, serán ciudadanos globales y no tengo para ellos más deseos que el de que aprovechen todo su potencial, sea cual fuere, y que le saquen jugo al entorno aun cuando éste parezca que les arruina el potencial. Hoy mi trabajo más difícil con ellos es la administración de lo que les sobra sin volverme el más agrio de los papás.
Socialmente la tengo muy difícil. Amparo terminó sala de cinco hace unas semanas. Un hito en su escolaridad, por supuesto, pero tampoco es que ganó Wimbledon. Mi idea fue felicitarla normal, hincarme hasta su altura, decirle lo orgulloso que estoy de ella, cómo la quiero, abrazarla y pedirle que me escuche el corazón a ver si dice am/pi en cada rebote del músculo más determinante. Mis jugadas románticas. Lo hice. Pero a la hora señalada del egreso puntual, del egreso literal, cuando salía por última vez por la puerta chiquita del jardín, un pelotón de papás y mamás estaban con sus aerosoles de espuma Rey Momo apuntándoles a las criaturas, excitados como niños. Nadie tiene paz. Todo les parece poco. Un abrazo íntimo y sentido no es nada al lado de crear una enorme exhibición grupal, de tomar la vereda, de jugar al carnaval. Padres infantilizados que, por volumen, terminan controlando el ambiente en el que también se desarrollan mis hijos.
¿Mi tesis?
Los grupos de Whatsapp son los grandes aceleradores de estos desbordes. La tecnología multiplica los equívocos y las interacciones innecesarias. Así se plantan ideas en los grupos de padres que luego son imposibles de tirar para atrás por estar en abrumadora minoría o porque fomentar un consenso distinto implica una inversión de tiempo en interacciones que es inaceptable para alguien interesado en su propio trabajo. Se suceden las reuniones para que los niños que ya comparten 30 horas por semana de jardín, y pronto también de escuela, pasen más tiempo juntos los findes. Cuando el grupo está en silencio algunos días, aparece quien necesita reactivarlo convocando a una juntada. Y se hacen infinitas colectas de dinero. ¿Por qué los chicos no podrían solamente ir a la escuela? Los llevo, los busco, punto final.
¿Cuál es la motivación de los padres para hacerse amigos a la fuerza de otros padres con quienes sólo los une la casualidad de la escuela de los pibes? Un misterio total. Con muchísimo viento a favor es una extensión del inmenso amor que tienen por los hijos y arman la red para que estén cuidados y amados todo el tiempo, que no se queden un sólo minuto vacilando, esperando, mirando el techo. ¿Pero sin viento a favor? Puedo entenderlo en comunidades que deben reticular para sobrevivir, migrantes, pero cuando sos de los grupos salvados, que dictan las reglas… ¿para qué? Creo que es contrario a la idea de que el niño se aburra, de que el niño extrañe, el tipo de cosas que los mismos padres ponen like en Instagram.
Así como se infantilizan los padres, se destrona el patriarcado, quizás una consecuencia, y los papás se vuelven secundarios, transportistas, embaladores, los que llevan cosas pesadas. Prácticamente ya no hay hombres en edad productiva que no tengan que preguntarle a la mujer si pueden moverse, jugar al fútbol o cambiar de trabajo. Textual de cientos de entrevistas laborales: “Dejame que lo vea con mi mujer”. Bueno. No se trata sólo de una sensata correspondencia con la compañera para el armado de la logística y el presupuesto familiar, sino de que el hombre se ve completamente limitado a expresar o explorar su deseo, mientras que la voluntad plena de la mujer está validada por el esfuerzo de haber hecho los hijos con el propio cuerpo y por imposición de la representación social madre se reserva el veto. Lo presento grueso pero puede ser más fino; no les pasa a todos, pero algo hay, pregunten.
Ya termino.
No soy fan de las vacaciones, realmente algo que no tiene núcleo productivo, utilidad social; todo eso me resulta vacío: los sitios turísticos, los hoteles, los Airbnb, armar una rutina de siete días en otro sitio, gastar de más, comprar sal, aceite, armar un mundo de cero. Sí soy fan de rebanar el año, de descansar, que para mí consiste en suspender lo alienante inevitable, manejar por las calles empedradas de Colegiales a 30 por hora metiendo el freno cada cien metros, las dobles filas escolares, un calvario que sólo se supera fumándose un largo y ancho porro interno. O sea, me gusta viajar, sentir la guillotina del paso del tiempo con otra vista, pero sólo si es muy fácil. Me gusta dejar de trabajar, en mi caso suspender la rutina de las clases y de escribir, sobre todo porque me ayuda a hacerlo mejor después. Se aprende extrañando la actividad; en lo escolar, los alumnos más comprometidos siguen las líneas de puntos, la añadidura se corporiza; los profes encontramos en una caminata o en la ducha, con la frente apoyada en el azulejo, una mejor manera de decir algo que no decíamos tan bien. Así me ha resultado hasta acá. Y dejar de escribir durante un mes entero me da la ilusión de poder leer un mes entero a quienes en otro tiempo, o en éste, se esforzaron tanto o más que yo por redondear una idea, un recuerdo o un temor.
Los insufribles
Un día la bolsa de supermercado se transformó en un accesorio de moda. Se llaman tote bags. Claro, los comercios pueden flashear que no están dando bolsa de plástico de un solo uso y asumen que es un símbolo de status. No digo que la tote bag del New Yorker refleje la desconfianza en el propio producto de la marca, pero en muchas tiendas locales, por supuesto que sí, ante la duda, una tote bag. No tienen cierre, eso ya es malo para el colectivo o el subte sudamericano.
Es muy bonito que se abran cafés librerías, siempre es mejor que abrir un banco. Pero a muchas les cuesta reducir el hecho mercantil a los libros y al café, no pueden acompañar con silencio la prestación, ideal para la lectura, y así estiran la arquitectura para las clásicas presentaciones de libros y para talleres. Comercialmente se entiende, no hay nada para decir, pero se ve que trabajar con libros los habilita para ejercer papeles rectores también, influyentes, y hacen del emprendimiento una gesta compañera, un acto de camaradería generacional y convierten la librería en un “espacio”, en un santuario para que la coalición cultural del déficit se sienta en casa. Este ya es el caso de la librería Naesqui, que empieza a dejar chiquitos los esfuerzos retaguardistas de Eterna Cadencia con sus festivales, que ya se había impuesto como centro contrarrevolucionario sobre la vieja Boutique del Libro de la calle Thames. Naesqui, mmm, está en una esquina de Villa Ortuzar, el barrio salvado vecino a Chacarita, Colegiales y Belgrano y frente a la plaza 25 de agosto, buena para los pibes porque tiene dos espacios de juego y entonces los niños sienten el doble.
In memoriam, Carlos Busqued, un muy buen escritor que murió muy joven cayendo de una escalera, igual que Claudio Uriarte, distinto de Miguel Briante que cayó de un techo. Busqued vive en el corazón de los que no saben cómo decir lo que él alguna vez dijo mejor; o, peor, que vive en el corazón de los vagos que no se toman el trabajo de traducir una percepción, un pálpito político, en versos y prosas y lo tienen en la fonola de su resentimiento. Busqued era un maniático odiante de chetos, una clasificación que se le ampliaba en cada recaída.
Cabo suelto 1
La UTDT confirmó nueva temporada de su Maestría de Periodismo en sociedad nada menos que con el diario La Nación, como si nada hubiera sucedido. Papelón total. Este era justo el momento del vergazo ejemplar y desasociar a la universidad más prestigiosa del país de un diario que no existe más y en donde los alumnos aprenderán algo que tampoco existe más. Nos queda la satisfacción de haber terminado con la trata de becarios para escribir chivos inmobiliarios de la familia Saguier y que el proceso de separación es una flecha en el aire. Llegará. Esto va a la velocidad de los más lentos de entendederas.
Cabo suelto 2
No ganamos para disgustos, la otra universidad privada importante, la Universidad de San Andrés, que también recibe el descremado de los estudiantes más potables que egresan de los secundarios, tanto porque la puedan pagar como porque accedan a algún programa de becas, abre un Programa de Escritura Creativa. Justo que no hacía falta para nada. Y no tuvieron mejor idea que contratar a Claudia Piñeiro como profesora para una clase magistral introductoria. Los valores son bestiales para lo que es, y además te hablan con la equis. Madre!
Con esa plata se hace miniturismo de talleres de escritura y se cubren al menos tres llevando el mismo texto y recibiendo visiones de por lo menos veintiún personas distintas sobre el qué, el cómo y el para qué, además de lo social, chances concretas de ponerse de novio o novia y amigos para toda la vida. Y, muy importante, no se extienden certificados.
Ya que dije tres, recomiendo tres con el nombre de sus titulares.
José Santamarina
Sebastián García Uldry
Julieta Habif
Pueden comunicarse con ellos a través de Instagram.
Ahí va la equis creativa de UDESA
Chacaritología
Creo que el pan de Atelier Fuerza es imbatible. Las ciabattas, los pebetes, los panes de papa y las baguettes. En Guevara y Newbery. Abre a las 9 am, tardísimo.
Taller Shampoo 2025
El Taller Shampoo retoma su actividad en marzo de 2025. Interesados pueden escribir a tallershampoo@gmail.com para mostrar interés. Es presencial. No está dirigido a ningún público en particular, con lectoescritura básica estamos. Es a base de té por la tarde, y café por la mañana, mate en los dos turnos. Tímidos y fóbicos sociales son bienvenidos porque los entiendo profundamente. Tampoco se extienden certificados.
Annuntio vobis gaudium magnum
Compañeros, entro en vacaciones. A menos que algo requiera de una intervención super heroica estaré inactivo hasta el 27 de enero. No me abandonen. Los medios tradicionales no van a mejorar mucho en enero, esa decadencia es más sólida que cualquier intento de remontar la caída. Un día probarán alguna fórmula distinta que los saque de la postración, no va a ocurrir pronto. Y no es para cortarse las venas. Hay cambios graduales y cambios estructurales y muchos suceden durante nuestro tiempo vital y muchos no. La voluntad de traficar ideas, de injuriar a distancia o desnivelar por escrito una situación que parece cristalizada tendrá siempre sus autores y su oportunidad.
Cierro aquí mi segundo año. Gracias inmensas a Fernando Santillán por editarme los artículos en el huso horario en que lo agarre, a Alejandro Droznes por enseñarme el deep castellano, a Gonzalo López Martí que me aviva de cómo viene la mano, a Ignacio Arteaga por sus hacks y a Juan Morris que lee los textos que me generan dudas y me da confianza para avanzar.
Y, por supuesto, mi gratitud absoluta con quienes me ayudaron a sostenerme este tiempo y con los que compartieron textos en un más allá que me permitió romper endogamias.
Alimento la esperanza de que otros compañeros se sumen a apoyarme. Los necesito. Verán lo ridículo de los montos, anualizados son más o menos un libro. Y si llegaron hasta acá es porque leen, no puede ser tanta casualidad que justo vieron esta línea. Les lleva un minuto. Dejo los botones ya mismo y sigo:
Esta es mi lista de newsletters recomendados. Si les gustan, se suscriben y esperan a ver qué pasa con ellos durante el año que viene. No puedo poner todos los links de manera manual. Sori.
Fuera de Substack, recomiendo leer y seguir siempre a los compañeros de revista Panamá, que ahora tienen un suplemento dominical llamado Supernova y a los compañeros de la revista Seúl. A ambos medios digitales los une la esperanza de un país donde el capitalismo y la democracia se conjuguen de una manera virtuosa y a favor de las mayorías.
El sitio de Cenital Fundar tiene los newsletter del forista Federico Poore, sobre urbanismo, muy bueno, y sobre plata e inversiones que escribe Nicolás Sidicaro, que para quienes le suene el apellido sí, es hijo de nuestro amigo el profesor Ricardo Sidicaro. También muy interesante lo que escribe Nicolás que parece un peronista pro mercado.
De gran gran nivel lo que hace el forista Sebastián Campanario en su Proxi.
En Infobae el de la forista Claudia Peiró.
A los que sin sufrir demasiado pueden leer en inglés recomiendo siempre The Free Press de la forista
; siempre el New York Times, que más allá de los corresponsales ridículos que tienen en Argentina, tiene secciones fenomenales y columnas escritas con gran dedicación. Recomiendo también otro sitio llamado Unherd, británico, desparejo en cuanto a autores, pero que tiene temas y ángulos con que los encaran que hacen pensar y van contra la corriente.También pueden recorrer lo que fui escribiendo desde febrero de 2023, con el de hoy 151 correos. Hay un índice de más leídos que no significa que el esfuerzo que me llevaron decrece hacia abajo en la tira sino que algunos fueron más oportunos que otros y se abrieron a más público o que tocaron sensibilidades que favorecieron su viralidad.
Compañeros, siempre está diez puntos compartir el material. Este es un emprendimiento casero, sin SEO, sin el sujeto que entiende sobre algoritmos o palabras claves que mejoran el rendimiento en google o en redes sociales. Dependo de las personas.
Vuelvo el 27 de enero.
Gracias por tenernos en cuenta en tus recomendados, Esteban!!!!!!! 🤟🏼
Es así, nomás. Como la contás. Muy bueno. No digo excelente xq falta algún detalle que dejaste pasar. El increíble y desopilante episodio de los beeper demuestra que se podía haber hecho de otro modo. Fue como el viejo chiste de la trinchera: el israelí que pregunta "¿de parte de quién?" dicho con esa prosodia burlona que los antisemitas aprecian tanto.
Felices fiestas, siempre fue hermoso andar sin rumbo por Buenos Aires en el verano. Lo repetía China Zorrilla, todo el tiempo. ¡Abrazo, Esteban!
PS: el Sistema Schmidt de Pedagogía compite exitosamente con la Red Solare, las Escuelas Waldorf, Frida Schulz de Mantovani, Florencio Escardó y el dr. Spock.