Ultradeleche
La intelectualidad local y mundial se esfuerza en hacer copy paste de todo lo que han escrito sobre Bolsonaro, Meloni, Trump y Le Pen y se lo adjudican a Milei más allá de toda evidencia. ¿Vagos?
Me pregunta un oyente qué haría yo con la motosierra si el presidente Javier me la prestara un ratito. Sin duda, cortaría por la mitad todos los muebles de madera paraiso que me cruce. Son mi límite. Los argentinos permitimos que se hicieran pelota los interiores de la media ciudad salvada con los muebles enchapados con paraíso y de diseño nórdico, los cuartos de los nenes, las cunas de colecho. Quién fue el primer hijo de puta que copió estos modelitos: imposible de saber. Estas modas no tienen sus Hermanos Lumière detrás sino coincidencias temporales de emprendedores que miran el catálogo de Ikea y la disponibilidad de las madereras. Del resto se encarga la revista Living, Pinterest y la pelotudez humana. Nada. Lo quería decir.
Mi tesis es que si uno no puede comprar algo muy bueno, tiene que comprar muebles de pino con los lados, las patas, o lo que sea, cuadrados, en pedazos grandes de cuatro o seis pulgadas y pintarlos al agua, de negro o de blanco. Es muy importante sí que las patas no estén torneadas porque la mesa barata tiene que pasar desapercibida. Un regreso a los ángulos rectos. Este fue el error con los muebles de paraíso, todos quisieron florearse con que tenían los mismos muebles que, no sé, Nancy Dupláa. Con mi consejo no se gasta de más y la plata fuerte, como sugerimos siempre desde esta tribuna, siempre a la infraestructura del hogar, a aquello que no se ve, lo cual incluye meter por dentro de la pared todo lo que se pueda. Sin cable canal. Que es mi otro límite, y van dos límites: el paraíso y los cable canales montados apenitas por encima del zócalo.
Si se pueden comprar muebles un poco más caros hay que ir por la madera entera, no digo nada original si sugiero pinotea, o peteribi, para interiores, capaz sorprendo si menciono el kiri japonés que es divino y es la madera de la que está hecha la mesa sobre la que se conspira en el Quincho Quimey y donde también se recibe a los participantes del Taller Shampoo y que compré a precio de ganga durante la llamada pandemia en la divina Carpintería Pampa.
En otro orden, no sé cómo están ustedes con el tema de la ultraderecha. Hay mucha excitación con la idea de que el pueblo votó a un gobierno de promesas brutales sabiendo que las cumpliría y no a un gobierno de dulces promesas y amargos resultados como hemos tenido hasta acá. O sea, que en esta ruptura del pacto electoral, que es el verdadero consenso del 83 (prometo lo que no voy a poder cumplir) hay un huevo de la serpiente en el gesto de cada niño virgen libertario, y un cuarto reich local que se fue cocinando en los maxikioscos donde paran a hacer la amistad los ciclistas y motonautas de Rappi y que está a punto de romper el cascarón. Algunos lo llaman también extrema derecha para hacerle precio.
Tengo para mí que hay gran correlación entre quienes alertan sobre este cuco y los promotores de inyecciones con Fanacoa rusa durante la llamada pandemia. También hay gran intersección con quienes relativizan los crímenes de Hamas, el movimiento que tiene como meta la muerte de todos los judíos en el mundo. No obstante ello, no creo que debamos ningunear los aspectos oscuros de la Libertad Avanza. Tampoco aceptar la extorsión tremendista.
La agenda a la vista de Milei no incluye temas migratorios, un clásico de las derechas extremas, no es nacionalista, si es por el presidente electo las Malvinas que sean del que las pueda pagar, no apunta a una reivindicación de la verdadera Argentina, tiene menos chacarera que Bizarrap, y no es católico, tradicionalista, considera a Francisco un representante del maligno. Tampoco engrupe con el familismo, su célula básica son su hermana y sus paw patrol.
Su único extremismo anunciado es el presupuestario. Que se acaba la joda, aquello que lo unió a los chicos de los mandados de las aplicaciones que pudieron pensar: ahora con éste van a pedalear todos. Supongo que activar pasiones revanchistas lo hace de derecha extrema, si uno vio Novecento; ¿pero aquellos patios militantes de Cristina después de la masacre ferroviaria de Once, los niños y niñas con las pecheras vivando a la lideresa que gritaba incoherencias a repetición qué era? ¿Qué definición técnica le cabe a imponer la discriminación ideológica en los medios públicos y haber encadenado con pauta a cientos de medios pequeños para que repitan el pobre catecismo oficial de Cristina en su segundo mandato?
Al futuro gobierno le viene bien ser visto como un gran villano porque aumenta el deseo y psicológicamente impacta sobre sus contendientes obligándolos a mayor valentía de la necesaria, lo que puede dejar luchadores en las gateras; por eso CFK quiso su ciega a citas con Villarruel, para ver de cerca de qué estaba hecha, pero más que nada le viene bien porque la lupa no observa la ultra improvisación en el armado de un gobierno inesperado, no solo sin cuadros, hasta sin amigos para rellenar los ravioles, y los funcionarios ultra ineficientes que ocuparán sillones importantes porque tienen una cercanía al líder y a su hermana que los hace sentir cómodos. No se trata de personas con ideas equivocadas sino que carecen de una en particular.
Antes que un ajuste sobre la idea consensuada sobre el golpe del 76, la vicepresidencia de Villarruel desafía el consenso sobre la acción romántica de Montoneros y el ERP. Desafía a las generaciones que aprendieron el martirologio en la escuela ¡desde primer grado! Pero, por supuesto, no desafía a Patricia Bullrich que estuvo ahí, que no se la van a venir a contar, ni desafía a todos los Montoneros o Erps que sobrevivieron porque saben de qué se está hablando ni a nadie que esté profesionalmente en la política o que no sea un chanta o hipócrita. Por supuesto que si Villarruel no tuviera “enfrente” una gran masa que deplora y repudia esa vieja dictadura militar la línea de puntos de sus acciones nos llevaría a la reivindicación del 24 de marzo. Pero el instinto antidemocrático vive en muchos otros. Si el peronismo ganaba en 2015: ¿adónde nos llevaba la inercia antidemocrática de aquel tren que la llamó a decir: vamos por todo?
La necesidad colectiva de sincerar la economía se vistió de carnaval para ganar las elecciones y Milei deberá conservar el disfraz y las carrozas para hundirnos en el túnel oscuro del ajuste fiscal. La activación del concepto de ultraderecha naturalmente justifica una ultra oposición a lo que se votó masivamente y más que eso habilita o justifica el asalto al poder constitucional porque no los han vencido para retomar el canto de su inevitabilidad y recrear el circuito de la derrota a la estupidez y de la estupidez al gobierno.
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Estoy de acuerdo.
Para mi no es una cuestión de época o de "cambio de paradigmas", sencillamente la situación es tan grave que no hay espacio para dogmas de ningún tipo sino de puro pragmatismo.
En cualquier caso aún en el pragmatismo no es menor el sentido de dirección, y este es de derecha, pero tan morigerado por la realidad que no creo que veamos peligro ahí.
Mi evaluación giró de "es loco y por lo tanto peligroso" a "excéntrico pero inteligente", esto a la luz de sus primeros movimientos en la integración de su equipo.
En cualquier caso sigo encomendándome a que "alguien o algo" nos ayude, sea algún tipo de dios o de precios relativos o de lluvia o de lo que mierda sea.
La furia pandémica nos divide. Los hay aquellos que creen que las vacunas rusas o no rusas (pero preferentemente rusas) son mayonesa y estamos aquellos otros que perdimos un familiar por falta de vacunas. Un lado es ideológico, el otro es empírico.
En la lista de hipotéticos reaccionarios te olvidaste de Abascal. No se puede hacer cut y paste de Abascal: ése sólo promete dunga-dunga. Y también te quedó afuera Eduardo Bolsonaro, que no habla, mata.
No existen personas sin ninguna idea. Como vos mismo dijiste hace un par de posteos, cuando no tenés ideas, levantas un monumento a Javier Portales. Que es una idea, claro.