Silbando bajito
Los estudiantes quieren que Milei presione a las universidades, pero que no les gane. Esa ambigüedad no tiene representación. Cuando la tenga, el tiempo de Milei se habrá cumplido. FM Pálpitos.
Sigo con atención y pena la agonía del gordo Lanata. Es un contemporáneo notable, en tránsito, que deja la cancha en este formato tecnológico del ensañamiento terapéutico donde siempre hay una alternativa más para retener el cuerpo. Esto ayuda a los más íntimos a hacer el duelo en varios pasos y también, como se ve, a abandonar los buenos modales que la presencia determinante del padre de familia exigía para tramitar las enemistades y los disgustos.
Para los más lejanos a Jorge, pero siempre curiosos de esta trayectoria peculiar en el periodismo, empiezan las preguntas íntimas del detective histórico que cualquiera de nosotros puede sacar a relucir. Quién fue esta persona, para qué sirvió, por qué lo tomaron en serio. Las respuestas que se irán dando en los próximos días, si es que alguien escribe algo distinto a una huevada laudatoria, nos van a alumbrar un poco más sobre el espectacular fracaso de la democracia argentina, sobre cómo todos los otros notables de estos años fueron hacia el fuego, al que confundieron con el sol.
Lanata incumplió, al menos hasta aquí, todos los consejos disponibles para asegurarse una mejor calidad de vida. Fue su verdadera rebeldía, pero también la clave de su éxito. El precio de su carrera incluyó darse todos los gustos.
Su ideal habrá sido reventar como un sapo en un pago, sin enterarse, y no en cuotas, cableado, con aire finito, asistido. Parte de su fama la debe a la mala salud. ¿Qué periodista habría sido de haber salido a trotar al alba, como Rodríguez Larreta?
Los vicios, lo que hace mal, son muchas veces decisivos para concretar lo que se hace bien, es la parte que los malos médicos y los baja línea no van a entender nunca. En plena obra, el creador se apoya en lo que le sirve porque lo que importa es la obra, y el conjunto de obras hacen una civilización. Decía Celine, que era médico, sobre la vida: “uno entra, cuenta la historia y se va, y eso es todo”. Pero no hay reglas. El japonés Murakami resolvió que como iba a ser escritor toda la vida, y eso implicaba una vida completamente sedentaria, saldría a trotar por la playa todas las mañanas antes de sentarse a escribir. Carver no, tenía que chupar para coordinar sus ansias, Faulkner, igual, whisky en cantidades industriales e idealmente hacerlo en un cabaret, por el ambiente movido, inspirador.
A cada uno le funciona como le funciona. Fito Páez, viejo amigo de Lanata, no embocó una melodía más después de que le acomodaron los dientes y dejó los vicios duros. Charly se vio sin melodías recién cuando se encontró sin vida, descarnado, piel y huesos; en el medio no pudo desasociar la cocaína y el alcohol de su arte. El gordo asoció su talento, que básicamente consiste en ser famoso, a hacer lo que su cuerpo le pida. De otro modo, no puede funcionar.
Pero no fue modelo para nadie. Nadie engordó como Lanata, ni fumó o fuma como él. La mayoría de sus veteranos de guerra, los que trabajaron para él, son runners, como Murakami, no conocieron el whisky post laboral, la trasnoche, la llamada bohemia, prefirieron ponerse una familia, llegar al último subte, y funcionar como trabajadores intelectuales, finalmente muy parecidos a contadores públicos nacionales en sus hábitos y rutinas. La ética del despertador fue más crucial que la ética de la utilidad histórica.
En otro orden, mañana arrancan las tomas de las facultades. O ya arrancaron la semana pasada. Un ruidito de fondo más que con esta apreciación del peso qué puede hacer. ¿Qué podría importarle menos a Milei que niños acomodados quejándose por C5N? O en todo caso, qué podría beneficiarlo más. Escenas de polarización fácil.
Mi tesis sobre el asunto: a excepción de la militancia universitaria, del centro a la ultraizquierda, que tiene su propia competencia endógena, con acusaciones de complicidad, tibieza, usos del escenario para la política interna de sus partidos, el resto de los estudiantes, incluso manifestantes, firmantes de cartas abiertas, quieren que la universidad se ordene, que no sea un quilombo ni un gran afano, que aparezcan las notas, que los profes ganen bien, que entren al aula con ganas, y que no se queden sólo dando clases los que ya no tienen carrera posible fuera de la docencia (esto es importante, no quieren losers enseñando), y también que sea pública, que pueda ir el hijo de la empleada doméstica que no va, pero apoyan vergonzantemente esta acción radical del gobierno, porque el desafío que Milei hace al status quo universitario abre una negociación.
Quien representa sus intereses secretos es Milei. Habrían preferido que los adultos responsables fueran otros, antes. Y están atentos a seguir a quien plantee con claridad una vía moderada de racionalización administrativa de las universidades. Quien la exprese se lleva la representación. En el focus group que no hice aparece la siguiente idea: por efecto de la pulseada, se abre la posibilidad de que la universidad funcione mejor. Ninguno de los manifestantes, firmantes, ni los militantes, permite en sus consorcios que la administración no muestre los balances y que extienda la mala praxis más allá de un periodo. Si el gobierno no insiste todo será igual, pero si el gobierno gana sin resistencia todo será peor.
La izquierda estiró tanto el sinsentido de algunas instituciones y gastos que hoy a los insensibles de la derecha no les cuesta nada demolerlas. Allí se fue el INADI cuyo emblema más visible y risible fue Vicky Donda. Es interesante y tema del artículo científico que nadie va a escribir el odio que los propios defensores de esas instituciones tienen por el espacio que dicen defender, o querer defender. No hay mejor forma de hacerlo mal que desear que te pasen por arriba. Pasa o pasó con Télam. El alivio inexpresado de tantos compañeros que silbando bajito agarraron la plata. Cuánto podías partidizar o corromper estos espacios sin que perdieran un día toda respetabilidad.
Compañeros, se puede apoyar el correo. Se puede. Son débitos mensuales. Se agradece desde ya. Si piensan en no hacerlo porque otro ya lo hace, ese otro justo piensa lo mismo. El correo es abierto, al mismo tiempo necesito colaboraciones para sostenerlo. Si no fuera abierto, tendría menos lectores. Pero necesito lectores que cooperen.
Muy buen análisis del conflicto universitario, me hizo acordar a los piquetes que hacían los chacareros de Río negro por el bajo precio de la fruta. Resulta que pasaba el tiempo y el gobernador Verani, que era un corrupto pero no un boludo, no hacía nada, incluso se sumó a la protesta como un productor más. Un amigo mío chacarero me dijo un día "vamos a tener que irnos a casa" y se fueron nomás calladitos y se apagó todo.
Un placer leerte Esteban (emoji de aplausos: clap clap)