Milei, el psi campeador
Toda la infelicidad deviene de esperar cosas que no son, que no están. Milei no va a corregir su psicosis, pero el resto de la elite ya podría ir abandonando sus hábitos neuróticos para ganar tiempo.
Los tiempos se angostan para encontrarle la vuelta al mileísmo, al menos para esta elección de medio término, como se estandarizó llamarla para que la colonización coordine con el lenguaje. El gobierno tiene la alcancía a tope para llegar a octubre y presentar el cuadro que nos gusta a todos: dólar por el suelo, inflación reptando y, como novedad, muy importante, muchos envíos desde el exterior de ropa y de todo tipo de necesidades artificiales, gratificaciones de época, como los aires acondicionados en cuotas lo fueron durante los años de la Jefa Inmortal. No hay ni que viajar, ¡llegan!
Si en octubre la inflación cae por debajo del 1% mensual de qué nos vamos a disfrazar. Para entonces tampoco habrá cortes de calle y los pequeños volcanes de verdad y demagogia como el del Hospital Garrahan se habrán apagado con cañonazos contables de dos palos verdes, muy baratos como para no descomprimir.
La Libertad Avanza, sus ejecutores administrativos, sus Tonton Macoutes de las redes, no pueden ajustar callados. Ajustan y te hacen fuck you. Imitan a los luchadores malditos de Titanes en el Ring, que fajaban y provocaban a la vez. El gobierno crea así autoridad y ventaja haciéndole muy difícil el tendido de puentes, y de manos, a los demás. A energúmenos semejantes la justicia divina les queda muy lejos así que sólo queda ganarle las elecciones.
El ánimo de la élite político cultural está listo para la cruzada electoral antifascista. Tienen el fraseo en la punta de la lengua, pero es bueno que sepan que no tiene ni tendrá coro para propagarse porque la explicación del fascismo, de la pérdida de libertad, del autoritarismo, es difícil de captar para quienes ven que disponen enteramente de sus vidas y acceden por Internet a todo lo que se les canta, así que mucho menos hay un mercado para venderlo. Lo de la “extrema derecha”, diez puntos, pero ¿cómo baja al público la alarma teórica? En palabras de Carlos Tévez: very difficult.
Los políticos opositores funcionan como la vieja de los velorios. Van hacia donde la provocación gubernamental los manda, como si no pudieran resistirse al baiteo palatable de actores llorones, periodistas perseguidos, bailarinas discriminadas; o hacia donde las fuerzas subterráneas del país apuran una queja, normalmente válida, desesperada. En cualquier caso, se consumen entera la iniciativa, que es siempre de otro. Cuando muerden el cebo parecen genuflexos intelectuales, domables. Cuando corren en solidaridad y denuncia ahí parece que acercaran más el bochín a la creación de una expectativa de liderazgo para todos aquellos que van cayendo o que no son alcanzados ni material ni simbólicamente por la fuerza libertaria. Pero parasitan el conflicto cinco minutos: no saben sostenerlo, se apuran en rajarse para no politizar la escena y ser juzgados de mala manera por Débora Plager.
O para que el gesto de queja permanente no los vuelva impresentables ante quienes prefieren creer. Además, si son diez diciendo lo mismo quién dice qué.
El cuento del antimileísmo no tiene hoy protagonistas principales. Axel, el de más presupuesto, está maniatado por una madre mala. Fuera del peronismo, sólo un sistema de nombres propios intercambiables. Y no se trata de gente que se consume el poder que otros crearon antes, al estilo de la generación radical posterior a Alfonsín, incapaces no sólo de matar al padre sino hasta de sucederlo por las buenas: esta generación de políticos del bien, en tránsito constante a la justicia social y el desarrollo, son compañeros que escarban las sobras que producen otros, la prensa, las fuerzas del subsuelo, como cartoneros de la vida pública.
Es cierto que el político, como el animador de radio/streaming/tevé, tiene que decir alguna cosa todos los días, pocos se arriesgan, o pueden, desaparecer seis meses como hacía Tato Bores. Pero el afán expresivo se reduce a la caracterización del gobierno, sin ningún texto adicional que busque llamar la atención de la audiencia con voz propia, y apalancados en el efecto que creen que tiene la voz ajena. Teatralmente visto, así, es un caso cerrado. La oposición es un conjunto de personajes secundarios cuya levedad se agrava porque el personaje principal es Milei, quien los desmerece con sus disfunciones y los confronta con aquello que creían que funcionaba de signos validadores para el liderazgo: la educación, la prudencia, conocer mucha gente, juntar mucha plata.
El ajuste, compañeros, es la Moncloa secreta de la Argentina. La forma que tiene la oposición de firmar el pacto es denunciarlo, pero sin crear expectativas de sustitución. Igual que el gobierno, la vieja opo escucha el clamor popular de orden con o sin progreso.
Es que se estiró tanto el prorrateo inflacionario que se sospecha de que quien ponga un pero humano al ajuste, esconda, en realidad, la vocación de que no se corte un solo privilegio.
Mi tesis repetida: el que encuentre una máscara anti inflacionaria creíble, sin quedar imantado por el mileísmo, ese será el líder de todos. No en octubre, pero empezando en octubre. Durante las mesetas de estabilidad es difícil volverse el héroe de una causa que desafíe el poder instituido, y armarse como personaje y esperanza.
Un viejo poema que citaba el doctor Mariano Grondona, de larga agonía en su casa de Barrio Parque, dice: “dejad que las nubes se arremolinen, yo espero la forma”. Pertenece a Robert Frost. Mariano usaba ese verso toda vez que un tiempo de confusión arreciaba sobre el corazón de la élite política y anticipa que esa forma devendría como consecuencia de las inercias ideológicas y materiales de cada una de las partes, como el fruto inevitable de instituciones de larga duración.
Ya lo vemos en la Provincia Buenos Aires: una parte importante del radicalismo se encuentra al borde de acordar con L.L.A. Lo hace con la intermediación del PRO, como para encubrir lo que a todas luces sería un deshonor. ¿Lo es? Los intendentes radicales, los diputados y senadores provinciales, están obligados a tomar del aceite de ricino para sostenerse en sus cargos y conservar sus concejales, sus mayorías en los Concejos Deliberantes, sus obras, posiblemente sus negocios, sus fantasías municipales, sus legados. Es más que entendible. Es un laburo como cualquier otro. Si no hacen la alianza pueden desmoronar aún más sus estructuras; pero si la hacen, sólo los burlan en las redes sociales. La opción parece fácil para un adulto responsable.
La enseñanza que deja la emergencia de Milei es que está abierta la chance para una identidad política nueva. Y que ésta depende del loco que se la crea. Como alguna vez Chacho Alvarez hizo un corte y dijo “se puede hacer política sin ir al programa de Neustadt” y no fue nunca, dicho en su honor, hoy podemos decir que se puede hacer política sin estar pendiente del algoritmo, de la foto grupal en racimo, de los hilos de Twitter. El que se resista al lugar común descubrirá rápido cómo abrirse paso.
La cámara de eco entre parásitos se tiene que terminar.
Insufribles
Los que se enferman porque los dichos de Milei no se ajustan a la realidad. Que está equivocado, que miente. No va más. Que “´Roma no paga traidores´ significa en realidad que Viriato...” Realmente qué carajo le importa a Milei lo que es cierto o no. Cuando se encuentra con una frase que le sirve para joder, va para adelante. No le vayan detrás con El libro Gordo de Petete, compañeros.
Los comentaristas de tenis de ESPN desafían mucho la inteligencia del aficionado que fue a la escuela. Hay unas chicas andinas que en el turno mañana transmiten en susurros para no distraer a los jugadores y rompen completamente el pacto de lectura por el cual uno espera que quien habla sepa más o, al menos, lo mismo que el que escucha sobre la materia que convoca a ambos. Sus observaciones, que por consagración profesional y proximidad a los jugadores podrían tener ese algo más, se enfocan en obviedades, “le pega muy duuuro”, o psicología de cuarta: “Svitolina muestra mucho sus emociones y eso no le conviene”. Para morirse, además, la sempiterna alcahuetería a los tenistas argentinas. El enviado criollo Klappenbach le preguntó a Mariano Navone después de pasar a tercera ronda en Roland Garros, en una cancha auxiliar: ¿qué te dice tu corazón? Y le pagan el hotel al entrevistador! Es impresionante como ESPN obliga a todos sus periodistas a funcionar muy por debajo de su inteligencia, les dan un manual para humoradas sub standard que se entiendan en toda latinoamérica y se ve que además les piden que sacrifiquen toda naturalidad en pos de seguir un manual de la marca.
Hay un modelo de intervención publicitaria en redes sociales que consiste en emitir una provocación y automáticamente preguntar: ¿y ustedes qué opinan? Así farmean interacciones y hacen ver que hay una conversación pública sobre el tema de la provocación, y no sólo un cluster de comprados que responden a todo lo que tienen en su orden del día y en la soledad de sus hogares.
Los streamings políticos. El otro día me clavé con uno que no conocía y tenía 17 viewers. Eran tres adultos jóvenes en horario laboral hablando entre ellos. Muy politizados, de la rama de los orientados hacia la real politik, el fine tuning más evidente que el mileísmo le hizo al viejo régimen, chicos que ya no hablan de sueños políticos, sino de la interpretación de los sueños de otros. Hacen entrevistas en vivo y a distancia, con teléfonos celulares, y ponen gráficos en pantalla. Imitan un noticiero tradicional. Me guardo los nombres porque a los peces chicos hay que dejarlos engordar. Pero siendo ellos mismos podrían hacerlo mejor. Entiendo que es muy barato sembrar diez streamings a ver con cuál te va mejor. ¿Pero quién los siembra? Es un escritorio, tres micrófonos, luces y una camarita que hasta puede ser un celular. Muy barato. Si financiás cincuenta te sale tanto como un Longobardi de hace diez años que ponía de columnista a Tombolini para ver si colaba de candidato de Massa en la ciudad, por destacar uno de sus miles infomerciales.
Longobardi, aquí vamos. Sigue sin levantar su propio streaming. No pasa de los seis mil viewers a la mañana, muy poco para quien dispuso por veinte años de las antenas más poderosas del país para llevar su susurro neoliberal de madrugada. Ahora veo que consiguió un banner de Tenaris, una subsidiaria de Techint, como para tener algo de aporte en blanco, pero es obviamente una gauchada que le hacen. Debe ser la primera vez que Longo tiene que pagar cosas. Pasa la tarjeta para promociones en Google, Instagram, Facebook, Twitter, YouTube donde recordarle a sus viejos oyentes perdidos que aún existe. Pero con todo eso no mueve la aguja y, además, tiene el mismo problema del PRO, sus viejos oyentes están chochos con el gobierno, con el que él está recontracaliente así que tiene que girar a la izquierda para ver si muerde algo entre votantes de Kicillof, Cristina. ¿Progre a los 64? ¿Progre por vanidad? ¿por deudas? Puede ser. Ya estuvo perreando con Pedro Rosemblat y muy pronto lo veremos en una mesa de “Esto es Fa” colando entre las habituales manifestaciones románticas, bobaliconas, solidarias, eventualmente montoneras, que se hacen en esa mesa, matizadas con covers de Charly cantados por una india. Así que llegará el día que hable de sus viejas diferencias con Hebe, con los huelguistas del subte, los docentes en lucha, y podrá todo camuflarlo como las contradicciones de un compañero en tránsito al socialismo.
Esto es Fa. El show polÍtico musical de Mex Urtirzberea cuyo proceso de acumulación originaria se hizo con el albertismo, y que luego exploró, y con éxito, la vía sin gasto público, ya cedió a la plata dulce del gobierno de Axel Kicillof que le quiere ganar la interna de los trabajadores de la cultura a Cristina tirándoles unos mangos. El programa arranca ahora con el auspicio provincial.
El lloriqueo en torno al frío o el calor es para cortarse las bolas. Hay algunos días fríos en este país subtropical, y hay algunos días de mucho calor. Y así es la vida, compañeros. Enloquecen a los niños con más prendas de las que necesitan, se compran calentadores que saltan térmicas, ponen en riesgo de incendio a los hogares y enferman más de lo que calientan. Basta presidente.
El chiste de que alguien “se pasó dos pueblos” no va más. Gracias.
Super insufrible.
Hugo Alconada Mon. En un país donde todo lo público e institucional es falopa, Hugo se camufla con un peinado castrense marcado con cepillo de peluquería, cejas perfiladas y la pilcha del que va de un bautismo a otro. Sí, tiene la sonrisa de Hugo del Carril, así que vende una simpatía vieja que le sirve para hablar con Mirtha de tu a tu pero también con los chicos de los streamings, como un poquito desde arriba, como los skippers del movimiento scout. “Vivo en un frasco”, “tengo el carnet de cobarde al día”, cosas así, y los sumerge en una falsedad inocente, de acuerdo tácito donde los cinismos mutuos se acomodan para sostener el aire, justificar la presencia, leudar el mito y para que Hugo pueda autonomizarse de la marca La Nación que, así como le facilitó la carrera, le cierra el boliche de la izquierda, donde hay más tertulias, para poder ser el periodista de todos. Pone, para agradar, sobre la mesa de sus entrevistables, bolazos imposibles de desmentir. “Me reúno con sicarios, con narcos”. Los negadores, mayoría nacional, se la podrán dar por buena. El periodista apoya su carrera en varios consensos simultáneos. Uno) que en algo hay que creer y ahí nos ofrece que hay un héroe que investiga, que lee miles de papeles buscando la pepita de oro. Dos) que sus colegas del viejo régimen, aún en control de los medios electrónicos, necesitan jugadores que ofrezcan este servicio porque los ayuda a legitimar al oficio entero y, tres) que la coalición del déficit mientras deba eludir la economía como tema y enfatizar en lo simbólico e institucional para sobrevivir requiere contenidos fáciles que justifiquen mejor aquello que les cuesta decir de manera sinóptica, publicitaria, ese permiso de la prensa para titular: “ruta del dinero K”, “panamá papers”.
La última semana, Mon, presentó la historia sobre un documento de 170 páginas escrito aparentemente en la SIDE con alguna idea sobre cómo tienen que ser las cosas en torno al control de la disidencia. Nadie escribe 170 páginas sino es para presentarlo a un concurso, así que lo más probable es que lo haya hecho la inteligencia artificial del servicio de inteligencia, con un poco de mano después para que no quede tan burdo, y su divulgación fue psy op con el plausible propósito de llamar la atención de la gente como Mon, o de Mon. Un baiteo elaborado con la doble intención de entretener a la oposición y a la prensa, e incrementar la fantasía del gobierno autoritario, que alimenta el ego de Milei. Tras la publicación, por supuesto, no se movió la aguja, por qué a quién le importa, entonces el periodista se apresuró a denunciar que su Whastapp registró diez intentos de hackeo. Lo hizo con un tuit que replicaron los medios legacy como si fuera el 11 de septiembre. Como dijimos en el punto 2 de los consensos simultáneos: necesitan esto. De inmediato una pregunta recorrió los comedores de los barrios salvados, las mesas de análisis de la cafetería y librería Naesqui en Villa Ortuzar. ¿Es de hombre denunciar “intentos” de hackeo de WhatsApp como hizo Mon para boostear su personaje? El NO se alzó, contundente, como en la escena de Casablanca cuando se ponen de pie para cantar la Marsellesa.
Hay responsabilidad social implicada, compañeros, y victimizarse estresa a la comunidad, transfiere la atención de su objeto de trabajo hacia él, así que decir que es insufrible es hacerle precio; es, entonces, nuestro primer super insufrible porque se pone por encima de la sociedad para paranoiquearla a favor suyo, de él; también porque le da un tinte híper profesional a un oficio secundario, extendiendo por más tiempo el engaño sobre su importancia, y porque el doble apellido, y La Nación, y todos sus campos semánticos todavía le hacen tilín tilín al viejo régimen que por su propia incompetencia carece de habilidad para crear agenda y parasita la que arman estos cronistas. Cuando las Maestrías de Periodismo sean lo que deben ser, instancias para alejar al periodismo del infotainment, todo el corpus de Mon podría contribuir a una nueva deontología que señale el narcisismo de los comunicadores como una condena.
Compañeros, lo que leyeron es muy difícil encargárselo a Chat GPT. Todo esto es esfuerzo real. Son horas especulando sobre la mejor manera de presentar un caso o de injuriar. Se aprecia un montón que colaboren con este producto humano que leen asiduamente. Son dos mangos y a mí me permite sostenerlo mes a mes, mantener rutinas de escritura, reproducirme culturalmente, dormir profundo y hasta soñar en sueños, todo lo que ayuda al trabajo intelectual. Dejo los botones. Gracias compañeros.
La victoire appartient au plus opiniâtre
Quiénes fueron los tonton macoutes, eh.
Me gustó esta entrevista del forista Hernán Iglesias Illa a Shila Vilker, jefa de la consultora Trespuntozero
Muy bueno este artículo de los foristas Pablo Touzón y Federico Zapata.
Y muy bien, también, el forista José Natanson en El Dipló.
Frost says:
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Edición dedicada a Ricardo Sidicaro, maestro y mentor, que murió el 2 de junio y a quien le debo un montón.
Muy bueno. Extrañé la mención de la coalición del déficit, que ahora juega los miércoles, como los pibes jugaban en Gallo los jueves, religiosamente.
Impecable todo, pero el super insufrible, 10/10. Gracias.