Insufribles
Mañana, bien temprano, recibirán Parte de Inteligencia con análisis de la elección de concejales de este domingo. Adelanto, hoy, Insufribles y algunos extras.
La revista Humor fue importante en mi educación no formal. Tuve un interés por lo público muy precoz, de chiquito. En los años setenta me sabía los nombres propios del poder local y mundial y los de aquellos que se lo querían quitar. Imitaba a Lanusse hombres y mujeres de mi patria, tengo el recuerdo claro de ver pasar una columna de Montoneros por Rivadavia y Matheu, fuimos en familia a recibir a Perón, aunque el tiroteo ya había empezado, y quedamos detenidos muchas horas en la Richieri.
Cuando empecé a crecer y la calle se me abrió sin tutela, mi oído se encendió para escuchar la queja popular tanto como la complicidad del rebaño con lo más noble y con lo más abyecto. La variedad de tramas y una vocación buenista, católico romana, socialista del bien, para lograr que los egoísmos encastren de un modo socialmente productivo, mucho más que empujarme a la gravedad, o a lo solemne, me llevaron a aceptar y disfrutar de la comedia de la vida.
Justo a tiempo, la revista Humor me aportó esa cuota de sardonia para descomprimir la violencia de la naturaleza humana. Mi mamá me decía a vos te se va congelar la sonrisa cuando yo la burlaba, de alguna manera, por alguno de sus ataques de enojo. Mi abuela aportaba pero vos tenés que hacer teatro.

Las personas se resienten consigo mismas por las distintas caras que presentaron a lo largo del tiempo, miran para atrás y se asustan de lo que hicieron y dijeron o aceptaron, y yo también, pero al menos estoy cómodo con este enfoque político original, que no debo a nadie, y que me acompaña hasta hoy. Aunque la política no sea edificante sino una quinta putrefacta al servicio indirecto de quienes no hacen bromas, y que se benefician con aquello que hace sufrir, ya no le puedo quitar el ojo y la escucha. Así son las cosas.
La revista Humor fue un canal narrativo y potable para todas las facciones que emergieron de la guerra civil que habíamos vivido. Como un diapasón que impuso el tono. Lo malo es que ahí quedaron, la política y el poder, retóricamente disputados, y con personajes reinterpretados permanentemente en joda. Así es que no quedó nada, aunque no por culpa de Humor, que sólo hizo su trabajo.
No sé, el personaje de Piccafeces, escrito y dibujado por Grondona White era un energúmeno que veía oportunidades de negocios espurios, sin trabajar, en cualquier materia noble que estuviera sobre la mesa, podrían perfectamente ser los pañales para adultos del Pami. En el cuadro final de la historieta se encontraba con dos minones a quienes les decía: chicas, armen las valijas. No muy distinto, La Clínica del Doctor Cureta. Cureta se ensañaba para maximizar la ganancia con los eslabones más perdidos del sistema de salud. Ambas tiras, dieron más ideas para multiplicar la delincuencia que vergüenza para impedirla.
Humor fue también una escuela de columnismo con los artículos de Enrique Vázquez que ayudaron a perderle el miedo a los generales. Escribimos sobre Enrique cuando murió hace dos años.
En fin, quería decir esto hoy porque mañana mando una edición especial con una interpretación de la elección de concejales a la cual ustedes están concurriendo ahora. Si leen esto en la cola, pongan like.
El artículo de mañana lunes estará disponible a las 3.30 am pero se pueden despertar cuando quieran.
Finalmente, la sección de Insufribles de Humor era una pequeña lista con líneas certeras en las primeras hojas del ejemplar que apuntaban a denunciar lo que el redactor de turno no aguantaba más; eran arbitrarios y normalmente graciosos. Por supuesto que este es mi homenaje a esa revista. Sé que la mayoría ya lo había advertido aún sin empujar el recuerdo con este prólogo, pero siempre hay gente más joven leyendo, es bueno que ellos lo sepan, por si les da ganas de curiosear en los archivos públicos o privados, aquellos que queden en pie.
Insufribles
De todos los contenidos aberrantes en Internet, el de los acomodados que alimentan la paranoia para mejorar el tráfico lo reputo como el peor. A las dos eminencias del video cuya imagen pego más abajo llegué por medio del newsletter del forista Sebastián Campanario quien habitualmente ofrece material de calidad. Tal vez fue esta la excepción. Uno de los charlistas, Gerry Garbulsky tiene un e-commerce de la bondad, donde incita a jugar, a reunirnos, y conocernos, es también un vendedor de charlas TED, y el entrevistado de musculitos es el psiquiatra Federico Pavlovsky, un apellido tradicional en el campo de los diagnósticos por aproximación, lo cual seguramente le da confianza extra para la bajada de línea, así como los chetos creen que pueden más a la hora de explicarte por qué funciona mal el país.
No quiero hacer sociología barata para combatir la psiquiatría fácil, pero en el centimil más alto de la sociedad los niños hacen deportes, y hacen juego libre y van a cerámica, pintura, ajedrez, así que lo más probable es que las criaturas que están siendo estupidizadas por los celulares son las de menores recursos que van de casa a la escuela y de la escuela a casa y cuyos padres no pueden comprarles juguetes de madera, magnéticos o llevarlos a un club. Los padres pobres, la inmensa mayoría de los padres de la Argentina, tampoco miran estos contenidos que son parte del stock o de la caja de herramientas, como se dice ahora, de los adultos acomodados. Garbulsky y Pavlovsky podrían donar horas al servicio comunitario, llevar su tremenda onda a un comedor popular, reunir niños pegados a tabletas de quinta marca y mostrarles juegos con sogas y bolitas y así sacar a dos o tres por día del pantano de la virtualidad. Podrían también comprar ropa en la avenida Avellaneda y el plus que gastan en Lacoste podrían donarlo, porque no es plata que necesiten para fideos. Una vida menos superflua también hace hijos menos pelotudos.
Todos estos nos lleva a preguntarnos, además de para qué esta gente se la pasa entrevistándose entre sí, cuántos boludos más faltan que citen el libro de Jonathan Haidt sobre La Generación Ansiosa. ¿Cuántos más? ¿Cuándo paran de abastecerse del mismo texto, para llegar a las mismas conclusiones, para dar un charla abierta y gratuita o cerrada y remunerada para crear la misma preocupación a padres sobre sus errores domésticos y sobre los efectos diabólicos de la pantallita? Luchemos por más y mejor estado de bienestar para los menos favorecidos y una mejor distribución de la riqueza y vayamos terminando con el tema de la ansiedad, no se puede estirar otro año más este sobrediagnóstico de alcance universal.
El drop off de niños en las puertas de las escuelas debe ejecutarse de manera limpia, veloz, como una acción militar. Es mi verdad relativa, como decía el doctor Kirchner. Mis bendiciones asisten a una escuela que está a cien metros de un hospital consagrado a una enfermedad difícil y se advierte incertidumbre y sufrimiento sincero en quienes están llegando a atenderse y esto que debería duplicar el cuidado de los mapadres por acelerar el trámite, por si no bastara el simple razonamiento de que no hay que atascar el tránsito, los pone, por el contrario, mimosos, y llegan a la puerta de la escuela, y encienden las balizas, y se bajan y y dan la vueltita a sus camionetas, caminando tranquis, como haciendo pan y queso, porque hacen vida slow, como aprendieron en alguna charla TED, y les abren las puertas a los niños, que a lo mejor son terneros de 40, 50 kilos, y estos bajan y los mapadres le ponen la campera, y les calzan la mochila. Son niños que se acercan a la edad del heroico Tamborcito de Tacuarí. Demás está decir que la escuela les recuerda, de distintas maneras, aunque aún no probaron con putearlos, que deben ejecutar este trámite más eficientemente. ¿Cuál es la idea con estos niños? ¿Que sean tarados que no pueden usar un abrelata hasta los 40 años? Cada vez que veo un mapadre bajándose del auto y poniéndole la campera pienso que, además, de que le chupa un reverendo huevo la vida en sociedad, integrarse como una pieza más, mortales, con hijos mortales, necesitan dar la vida por el gesto.
Los periodistas que encaran la entrevista como un “cómo lo está viendo”. O incluso algo que parece mas sofisticado que es: ¿qué estás mirando en todo esto? Hoy cualquier sujeto entrevista y cualquiera es entrevistado. por lo tanto corresponde no ser específico para no crearle a nadie el inevitable no lo sé. Entonces qué estás mirando lleva la charla por cualquier camino.
Las charlas TED arrancaron con el qué estás mirando en todo esto. Un formato que necesita de la elocuencia, del humor y de una enseñanza que corone en aplausos de la audiencia. La modalidad TED se trasladó a todos lados, el mundo de las empresas, la educación y la política. El sujeto microfoneado debe meter un chiste de entrada y luego sostener un stand up con preguntas retóricas y golpes bajos. La ciencia, los datos, el recato pueden descansar.
Brancatelli quiso la fama, el queso, y aceptó el precio de agradar a sus patrones colaborando en humillaciones públicas de políticos, colegas, civiles que representaban la idea del enemigo para sus benefactores. Como consecuencia de la fama aparejada se ve que ingresó en un circuito regular de polvos propios de la farándula local, con pibas operadas y fieras, normalmente ignorantes, con las que no da casarse. Le llegó un vuelto pesado, por un error en la matrix de las redes, o por maldad, y luego la explotación de la amante que encontró mejor rendimiento en la ventilación del caso, que en la salvaguarda del recuerdo íntimo con su novio secreto, y se puso a chupar el huesito de la relación para mejorar su visibilidad pública y sobrevivir en los medios. Brancatelli reclama ahora a sus colegas de los programas de chimentos unos códigos que nunca tuvo y pone de escudo a sus hijos para que baje la espuma, desestresar el cuadro, estudiar cómo esto le repercute para bien o para mal en su permanencia en los medios, y negociar bien con su esposa legítima. Cuando entraban la plata, los regalos y los viajes habrá supuesto que sus hijos vivían en el mejor de los mundos y correspondía exponerlos. De golpe se le puso la piel muy finita.
Los comentarios en redes sociales orientados a dejar a los hombres como boludos que no resisten una fiebre. Leí uno que me inspiró: ¿a qué edad dejan de ir los hombres con la mamá al médico?, decía. Pobrecita, le tocó un boludo, y lo hace extensivo a la especie para hacer pogo resentido. Todo converge hacia el antinatalismo. la transformación del hombre en una figura decorativa, que sólo sirve para traslados o para llevar bolsos, pero flojito en el fondo, cagón, que abandona las obligaciones y lloriquea por una línea de fiebre, y tal cosa da inseguridad para la creación de familias y la procreación porque el hombre no da garantías, no sirve para nada.
Chacaritología
Así, escrita al tun tun, es la carta de Gambrinus, comedor de Lacroze y Fraga. Hace años que no iba por el ruido infernal del salón que a los hipoacusicos nos afecta más que al resto, pero volví un mediodía, con el salón medio despoblado, y ese primer plato, la polenta con estofado, cuando lo probé, me obligó a aplaudir.
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Cumplió 60 años el forista
, número redondo que conmueve, especialmente al que le llega. En tantos años pasa de todo, como tener hijos o el enorme infortunio de perder a uno de ellos. Lo más triste del mundo. Mario relata en un libro el paso raudo de su niño por esta vida. Es una obra conmovedora que recoge las alegrías inmensas que le dio Sebastián, los síntomas de lo irreversible y la preparación para el final. Un texto excepcional que se consigue acá.El forista José Santamarina inaugura newsletter; arranca por el lado del futebol y el mundial de clubes pero puede seguir por cualquier lado. Recomiendo el follow.
Tengo que pasar la gorra. No queda otra. Si llegaste hasta acá, si muchas veces llegaste acá, seguro ya podés darle clic, y apoyarme. No te quiero amenazar, pero el ambiente cultural va a empeorar y lo único que lo puede sostener más o menos vivo y crítico son los micro aportes privados. A lo mejor la onda cambia, Techint y diez más dicen hay diez palos verdes por año para que no se hunda la conversación pública, la reparte, y listo, pero, por ahora, nada. Todo tiende a que sólo sobrevivan los muy alineados con las facciones políticas en disputa y, fuera de ellas, a quienes les dé el cuero. Estos son los botones.
Hasta mañana.
Excelente. Revivir la revista Humor… prohibidisima en casa, accedí a ese mundo x compañeros de colegio. Siempre es bueno tener amigos con mayor recurso cultural familiar ( mismos q me presentaban les luthiers) gracias por despertar recuerdos.
Genial lo de los mapadres en el drop off de niños en las escuelas…
Un gran "Insufribles" hoy. Aplausos