Física y Química
El agua con limón en ayunas sirve para bajar de peso sólo si caminás 25 kilómetros todas las mañanas para que te lo sirvan.
Se ve que en cierto momento se reportó como más sensual que las heladeras fueran grises, intrigantes y armamentísticas, para guardar chocolates importados, balas, vodka en el freezer, y ya no blancas y maternales con mamaderas en la puerta. Gustó y quedó, como Scaloni, y ahora son mayoría las grises. Algunas negras sobresalen en los negocios de electrodomésticos, estimo que para solteros malvados cuya disponibilidad sexual cruza distintas categorías. El blanco familiar se extingue con las familias, y las pocas (familias) que quedan en pie compran las grises inevitables para no parecer pobres, un afán universal, en gamas que van del grafito a la piel de tiburón.
También tengo opinión formada sobre las aspiradoras robot. Sólo si tenés una superficie que lo justifique corresponde iniciar el proceso de mirar precios y modelos. Si en el camino del peatón domiciliario hay una alfombra, dos sillones, seis sillas con sus 24 patas y sólo seis metros cuadrados de living transitables es para que el aparato juegue a los autitos chocadores y no cumpla su propósito. El tiempo de la investigación de mercado para dar con el producto deseado, las horas de trabajo para pagarla, crear el espacio de guardado, cargar la batería, ponerla en funcionamiento, vaciar el compartimiento de basura y salvarla de las trabas es demasiado como para eludir el trabajo mínimo de barrer y pasar un trapo dos veces por semana. Reconozco la seguridad psicológica que da tener lo último para resolver lo de siempre, pero es conveniente razonar cómo se usa el tiempo y cómo se compone un precio, no sólo el del bien sino el de los recursos empleados en adquirirlo y conservarlo. Hagamos bien la cuenta entera, compañeros.
Los lavavajillas también me enfrentan a un problema de tiempo y costo de oportunidad similar. Comprarlo, instalarlo, poner y sacar los cubiertos cada vez, en lugar de lavar los platos a la antigua. La ecuación favorece en largo término, sin dudas, al lavado a la antigua. Es la misma disciplina lavar cuando se cocina que poner a lavar las cosas después de cenar para que durante la noche aparezca todo lavado. Mientras el agua sea gratis, por supuesto, con el agua medida esto cambia, pero es cierto que se puede lavar platos a la antigua sin derrochar agua. Algo que no todos recuerdan: el detergente rompe la grasa, o interactúa, si se prefiere el eufemismo, disolviéndola, así que sólo poner los platos y vasos en agua con detergente creando su emulsión ya está haciendo su tarea, y hay una parte de fregado que bien se puede ahorrar si se remoja enseguida de usar. No debería ser una tortura lavar platos, no hay que esperar que se llene la bacha, y se puede educar a los niños en los principios de reusar, reducir y reciclar. El lavavajillas y la aspiradora robot relajan las buenas costumbres y desvirilizan, como ya lo hicieron el hielo y los aires acondicionados en su momento.
Puede parecer una mersada, de telo, de cabaret, pero las tiras de led que se ponen a la altura de los zócalos me parecen una buena solución para que de noche haya una luz mínima que impida darse los dedos con los muebles y solucione la oscuridad para las crianças. En lugar de los veladores con formas boludas que despiertan a los pibes cuando el negocio es que duerman y atacan al somnoliento desde un metro de altura. También pueden ponerse para el baño en caso de que no se adivine la locación del inodoro. Hay de distintas calidades y formas de camuflarlas así que no necesariamente pueden parecer ordinarias sino un detalle de nave espacial.
Algo crucial: hay que educar de un saque a los niños en la oscuridad. No conceder al miedo, que normalmente es más la idea de los padres que del niño que recién empieza a tener miedo cuando le enseñan la palabra. Otra, si al niño le preguntan si tiene ganas de vomitar, va a terminar vomitando, pero si no le preguntan normalmente no vomitan y al rato están jugando normal. Ojo con lo que le desean a los pibes… Además, el llanto del niño después de un golpe es proporcional al grito de los papás. Esto está más hablado. Si nadie grita, el niño no llora.
Lo único que le pido a una mesa es que no se mueva. Ni siquiera cortando pan viejo, que no vibre. Firme, para comer y para trabajar. Como teoría general, y eventualmente como enseñanza para la juventud: para incierto y tambaleante el ser humano, pero los objetos de uso diario deben proveer una solidez centenaria y estar destinada a sobrevivirnos.
Al mobiliario en general hay que pedirle funcionalidad, solidez, sobriedad, estética. Ese es el orden. Las combinaciones estéticas deben hacerse con objetos que ya aseguraron los primeros principios. La estética viene después de entender que el mueble debe cruzar épocas, no es la madera de la época o la tela que hay. Los diseños elementales u originales aseguran la sobriedad y hasta la belleza necesaria. La cafetera italiana no puede ser menos de lo que es, su forma es la garantía de funcionamiento y es suficiente diseño industrial. Lo mismo para los muebles… y para los niños. ¿El chico juega, baila, canta, aprende a leer, habla un montón? Listo, es un niño feliz, no demos más vueltas, ni un mango más, ropa usada en Emaus hasta que se la pueda pagar. Siempre toda la plata a infraestructura.
Si me hacen caso, usen el básico de convenio de Pinoluz por litro de agua. Esos productos se respiran y una tapita basta para el propósito desgrasador o abrillantador; usar más producto es pensamiento mágico asociado a proporciones. Para mí, la mínima cantidad de desinfectantes posibles en la casa y también de productos para combatir hormigas y cucarachas. Contra las hormigas, sólo que no haya mugre, pero las cucarachas no comen galletas, buscan humedad y calor, y de esto se habla poco. Busquen ustedes las fuentes de calor, como la base del router, y zonas húmedas, como el cajón de los cubiertos, y ahí van a estar los huevitos de las cucarachas. No pongan venenos que, mal o mal, terminaremos respirando.
Además, hay que educar a los niños a no tener miedo a los insectos. Una cucaracha es nada al lado del homo sapiens que sos vos, mi vida. Tampoco una rata, llegado el caso en que las hubiera o te las cruces. Que los mismos niños sean quienes las maten a palazos pero que no les teman. No se pueden criar más generaciones de niños con miedo a los roedores. Deben tomar nota de su propia supremacía física y actuar. Los primeros que deben atender este tema son las mamás que saltan arriba de una silla como si un bicho de 300 gramos pudiera más que su capacidad natural de venganza.
Si hay que cambiar un mal olor en el ambiente, por haber cocinado pescado o bife sin tiraje apropiado, lo mejor son los remedios naturales; tostar granos de café, un recipiente con limón y vinagre de alcohol. Eventualmente un incienso, como el de la misa. Pero no insistir con aerosoles, no cargar la casa de tóxicos. Si después les incomoda el olor a nada, a humanos simplemente vivos, hornear una torta. No se van a infartar por cocinar.
No encuentro gran problema en hacer personalmente limpieza profunda porque ordena la cabeza para ensuciar crecientemente menos; en cambio, si uno tiene siempre el back up de la empleada pues se profundizan los vicios, los niños se acostumbran a dejar las cosas tiradas. Si se los pone a trabajar sistemáticamente en el orden se van a corregir. También los adultos. De ninguna manera hay que tener empleadas fijas. Pero si no queda más remedio, sólo por horas, y pagar por encima del mercado para que su incentivo a cuidar esas horas sea alto. Mostrarles el primer día siempre el sistema de alarmas de la casa de modo de no crear la idea de que lo que hay lo podemos perder sin hacernos drama. El tiempo de trabajo de las empleadas se debe corresponder lo más preciso posible con las tareas que se necesitan e ir moviéndonos de cuarto en cuarto mientras lo hacen. No dejarles la casa. Pero si lo pesado lo hace una empleada, ganás algunas horas para trabajar en lo que sabés hacer mejor o en educarte para aquello que sabés hacer mejor. El tiempo de la empleada no puede ir a scrollear las redes sociales. Es para obtener plusvalía.
Volviendo a la heladera, recomiendo recipientes adicionales para mantenerla ordenada por rubro y que no se pierdan ni se repitan compras por no haber visto los productos escondidos al fondo. Mi standard: siempre huevos orgánicos, máxime si la estrella del plato es el huevo, como en los desayunos. Siempre tienen la yema más amarilla, por lo tanto más sabrosa, son huevos más pequeños normalmente y al cascarlos suelen desarmarse, ojo. Yo cocino los huevos fritos con ghee y le pongo sal a la base grasa porque eso hace que no salte la fritura.
También tengo siempre chocolates de la marca El Colonial de 80 por ciento de cacao sin azúcar. Me convencí de que el cacao me hace bien, sin evidencias, y entonces me clavo cuatro cuadraditos por día como si fueran las vitaminas de los astronautas. Además, como siempre siete almendras y un puñado de nueces y castañas. También un yogur a la tarde, sin azúcar, aburrido, marca Beaudroit o Dahi. Y un vaso de kéfir sabor manzana, repugnante pero que también sin evidencia tomo diariamente porque puede llegar a hacerme bien. Ah, a los huevos revueltos les pongo una cucharadita de cúrcuma, conocido como superalimento.
Definitivamente, compañeros, no hay que tener nada de teflón. Más temprano que tarde alguien va a revolver con tenedor o cuchara y va a rayar la superficie de la sartén u olla y te lo vas a comer y todo se va a acumular en el colon: juntos a los venenos de las cucarachas y los microplásticos y los restos metálicos de los termos. No se puede vivir aterrorizado pero tampoco corresponde saltearse estos datos que son de toda lógica y perfectamente atendibles. El laterío debe ser todo de hierro y los va a sobrevivir.
Los microondas, tirarlos. Simple. Sólo calientan la leche para cortar el café o preparar el Nesquik. Ocupan un lugar enorme. En el rectángulo que dejó libre puede ir un horno eléctrico o libros de cocina o una maceta. O usarlo de aparador. ¿Y dónde calentamos la leche de aquí en más? En un espumador. Muito mais pequeno que el microondas.
Creo que el horno eléctrico es mejor que el de gas. Los portables son una solución para acompañar el horno principal, pero también están los de empotrar. No hay que pasar una temporada hasta que los quemadores se convenzan de quedar encendidos y son mucho mejores para cocinar, con la función de convección. Algunos pueden operar como airfryer también. Son caros. Hay uno de Samsung que me vuelve loco, éste. Hoy no puedo, pero como dijo Martin Luther King, un día, un día....
Compañeros, sobre el uso del tiempo. La verdura se procesa el mismo día que se compra. Hay que incluir el procesamiento, lavado, separación y estibaje, en la unidad de tiempo destinada a comprarla. No es difícil y recordemos siempre que más tiempo lleva ganar el dinero destinado a comer afuera de casa o comer galletitas para rellenar un almuerzo de mala calidad por tener todo hecho un quilombo.
Me voy.
¿Por qué a los chicos les gustan las milanesas? Porque les gustan a los padres, y porque frías son apilables, esconden el cadáver de la nalga y se pueden comer como un fiambre entre dos panes al día siguiente.
Compañeros, un café con leche por mes. O un poco más, si podés más.
Qué puede impedir hacerlo:
¿El tiempo que demanda?;
¿El miedo a quedar atrapado como si fuera una donación sin fin o una trampa como Flow o la tarjeta de La Nación?
¿Que el autor se sienta más valorado de lo que realmente se merece?
¡Fua! Finalmente llegaron los "consejos para adultos" que pedía la tribuna. Ahora necesito replantear mi heladera, la calidad de mis muebles, el layout del comedor, las fuentes de luz, la vida misma. ¿Sabes qué, Esteban? Mejor seguí aconsejando a los jóvenes; ellos tampoco te van a dar bola pero por lo menos lo van a hacer sin sentirse culpables.
Bue, me hiciste levantarme a cocinar el brócoli que compré ayer y dejé en la heladera SIN HERVIR!